Filipinas- Cientos de niños y adultos, con mensajes de socorro en mano, flanquean la carretera que lleva al norte de Cebú, una región de Filipinas duramente azotada por el tifón Haiyan, pero que ha pasado desapercibida debido a la gran tragedia de la ciudad de Tacloban.
“¡Ayuda, por favor!” , “Necesitamos agua y comida” o “Tenemos hambre” son algunos de los mensajes que se pueden leer en los improvisados carteles que sujetan con paciencia los residentes de la zona y que agitan frenéticamente al paso de cada coche.
A diferencia de la calzada que dirige a la ciudad de Tacloban, la carretera hacia el norte de Cebú ha quedado prácticamente despejada por completo pocos días después del tifón, pero por ella pasa muy poca ayuda humanitaria.
Aunque no se han registrado tantas muertes, miles de hogares han quedado destruidos en el norte de Cebú por los intensos vientos, que también han arrasado los campos de cultivo, los frutales y numerosos barcos de pesca de los que tanto dependen los residentes de esta zona rural.
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