AGENCIA
Internacional.- China ha impuesto una prohibición a la exportación de productos de doble uso a 28 empresas estadounidenses vinculadas con la industria de defensa, en respuesta a las recientes ventas de armas de Washington a Taiwán. Este movimiento profundiza las tensiones entre ambas naciones, especialmente en torno al principio de “Una China” y la estabilidad en el estrecho de Taiwán.
Entre las compañías afectadas se encuentran gigantes como Lockheed Martin, Raytheon, General Dynamics y Boeing Defence, Space & Security, según informó my NEWS. Estas empresas desempeñan un papel crucial en el sector militar estadounidense y manejan tecnologías que pueden tener aplicaciones tanto civiles como militares.
Además, 10 de estas compañías han sido incluidas en una “lista de entidades no confiables”, medida que el gobierno chino atribuye a su participación activa en la venta de armas a Taiwán. Pekín sostiene que estas transacciones violan sus principios soberanos y representan una amenaza para la estabilidad regional.
Según The Independent, esta acción sigue a sanciones impuestas el mes pasado a empresas aeroespaciales involucradas en contratos armamentistas con Taiwán. El Ministerio de Comercio de China justificó la decisión amparándose en su Ley de Control de Exportaciones, destacando la importancia de cumplir con las obligaciones internacionales, como la no proliferación.
Estas restricciones complican el acceso de las empresas estadounidenses a uno de los mercados más grandes del mundo. A nivel global, el conflicto podría acelerar estrategias de diversificación de cadenas de suministro mientras empresas de otros países intentan llenar el vacío dejado en el mercado chino.
China ya ha utilizado restricciones comerciales como herramienta geopolítica en el pasado. El país prohibió recientemente la exportación de minerales clave como el galio, germanio y antimonio, esenciales para la producción de semiconductores y tecnología militar, en respuesta a restricciones estadounidenses sobre chips avanzados.
Asimismo, en noviembre de 2024, bajo presión de Estados Unidos, el fabricante taiwanés TSMC suspendió la venta de chips avanzados a clientes chinos, intensificando las tensiones en la llamada “guerra tecnológica”.
Este nuevo capítulo en la relación China-EU refleja una escalada en los enfrentamientos económicos y tecnológicos, con implicaciones significativas para la economía global y la seguridad internacional.
