
AGENCIA
Brasilia.- En un ambicioso movimiento para fortalecer su presencia comercial en América Latina, China ha enviado una delegación oficial a Brasil con el objetivo de reactivar el Corredor Ferroviario Bioceánico Central, un megaproyecto de infraestructura que busca conectar los océanos Atlántico y Pacífico a través de Brasil, Bolivia y Perú.
De acuerdo con el South China Morning Post, la iniciativa contempla una inversión inicial de 3 mil 500 millones de dólares por parte del gobierno chino. La obra permitiría a Brasil exportar productos agrícolas al mercado Asia-Pacífico sin tener que transitar por el Canal de Panamá, lo que reduciría significativamente los costos y tiempos logísticos.
Durante su visita, once funcionarios del Grupo Ferroviario Estatal y del Ministerio de Transporte de China recorrieron cuatro estados brasileños para evaluar la viabilidad del proyecto, cuya base logística se centrará en conectar la zona agrícola más productiva del país con el megapuerto de Chancay, en Perú.
La reactivación del Corredor Ferroviario Bioceánico Central forma parte de los acuerdos bilaterales firmados en 2023 entre los gobiernos de Brasil y China. Esta nueva vía representa una alternativa más eficiente frente al modelo actual, donde más del 90 por ciento (%) de las exportaciones brasileñas utilizan rutas atlánticas.
El interés chino no se limita a la infraestructura ferroviaria. En São Paulo, la delegación también visitó el Puerto de Santos, donde la empresa estatal COFCO International, brazo comercial de China en América Latina, está invirtiendo 486 millones de dólares para ampliar una terminal portuaria. Una vez concluida en 2026, esta instalación será capaz de manejar hasta 14.5 millones de toneladas anuales de productos agrícolas.
Como parte del fortalecimiento logístico, COFCO ha adquirido además 979 vagones y 23 locomotoras con el fin de agilizar el transporte interno de granos, reducir la congestión vial y facilitar la movilidad de mercancías hacia los puertos estratégicos.
El Corredor Bioceánico promete convertirse en una pieza clave del comercio intercontinental, consolidando a China como un actor relevante en el desarrollo de infraestructura regional. Al mismo tiempo, representa una oportunidad estratégica para Brasil, al abrir un nuevo eje de exportación hacia el Pacífico y afianzar su papel como potencia agrícola global.
Este megaproyecto, sumado a las crecientes inversiones logísticas y portuarias, confirma el creciente interés de China por fortalecer su influencia comercial en América Latina a través de alianzas de largo plazo y proyectos integradores.
