AGENCIA
China movilizó ayer buques de guerra en las aguas aledañas a Taiwán después de la reunión entre la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes estadunidense, Kevin McCarthy.
Desoyendo las advertencias de Pekín, la dirigente taiwanesa se reunió el miércoles en Los Ángeles con McCarthy durante una escala en su regreso de Guatemala y Belice, dos de los últimos aliados de la isla autogobernada.
China, que considera a Taiwán como una provincia rebelde, reaccionó inmediatamente y prometió “medidas firmes y eficaces para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial”.
Estados Unidos y Taiwán conspiraron para reforzar sus relaciones”, lo que “socava gravemente la soberanía china” y “envía una mala señal de apoyo a los separatistas taiwaneses”, afirmó la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning.
Horas antes del encuentro, China ya había desplegado un portaviones a proximidad de la isla, encendiendo las alertas en Estados Unidos.
El Ministerio de Defensa de Taiwán anunció, además, la detección de tres buques de guerra y un helicóptero antisubmarino que cruzó la zona de identificación de defensa aérea de la isla.
Las fuerzas armadas han monitorizado la situación y han encargado a los aviones de las patrullas aéreas de combate, los barcos de la armada y los sistemas de misiles terrestres responder a estas actividades”, agregó.
Estados Unidos instó ayer a China a elegir la diplomacia en lugar de la presión militar sobre Taiwán, después de que Pekín desplegara buques de guerra tras la reunión entre la presidenta de la isla y el líder de la Cámara baja de EU.
“Seguimos instando a Pekín a que cese su presión militar, diplomática y económica contra Taiwán y, en su lugar, participe en una diplomacia constructiva”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel.
“Seguimos comprometidos a mantener abiertos los canales de comunicación”, dijo Patel.