China desarrolla un plan para construir la primera planta espacial productora de energía solar. Ubicada en órbita geosíncrona, podrá aprovechar la luz solar sin la limitación de la atmósfera o la noche.
La energía solar se convertiría en electricidad y un rayo de microondas o láser transmitiría la energía a la Tierra. En la superficie una estación recibiría ese haz y la convertiría en energía eléctrica que pudiera transferirse a la red.