AGENCIA
China.- La agencia espacial de China (CMSA, por sus siglas en inglés) confirmó hoy domingo la caída a tierra de los restos del cohete espacial 5B-Y3, la mayoría de los cuales se desintegraron en la atmósfera antes de impactar, y negó las acusaciones de la NASA sobre la presunta falta de información sobre la trayectoria específica de su descenso.
El cohete Long March-5B Y3 cayó sobre las aguas al sureste de la ciudad filipina de Puerto Princesa en la isla de Palawan, según el comunicado de la CMSA recogido por el diario estatal chino Global Times.
La NASA aseguró que Pekín no había compartido la “información específica de la trayectoria” necesaria para saber dónde podrían impactar los posibles escombros.
“El Comando Espacial de Estados Unidos aseguró que el Long March-5B Y3 reingresó sobre el Océano Índico aproximadamente a las 12:45 p. m. EDT del sábado (1645 GMT), pero remitió preguntas sobre aspectos técnicos del reingreso, como la posible ubicación del impacto de dispersión de escombros” a China.
“Todas las naciones que realizan actividades espaciales deben seguir las mejores prácticas establecidas y hacer su parte para compartir este tipo de información con anticipación para permitir predicciones confiables del riesgo potencial de impacto de escombros”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson.
“Hacerlo es fundamental para el uso responsable del espacio y para garantizar la seguridad de las personas aquí en la Tierra”.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, desmintió estas acusaciones y aseguró que China lleva días siguiendo de cerca el proceso de reentrada, antes de puntualizar que “China siempre ha buscado el uso pacífico del espacio de acuerdo con las leyes internacionales y la práctica consuetudinaria internacional”.
Usuarios de las redes sociales en Malasia publicaron videos de lo que parecían ser restos de un cohete.
Aerospace Corp, un centro de investigación sin fines de lucro financiado por el gobierno cerca de Los Ángeles, dijo que era imprudente permitir que toda la estructura principal del cohete, que pesa 22,5 toneladas, regresara a la Tierra de manera descontrolada.
A inicios de esta semana, analistas dijeron que el cuerpo del cohete se desintegraría a medida que se precipitara a través de la atmósfera, pero que era lo suficientemente grande como para que numerosos fragmentos sobrevivan a un reingreso en llamas y que podrían llover escombros en un área de unos 2.000 kilómetros de largo por unos 70 kilómetros de ancho.
La embajada china en Washington no hizo comentarios de inmediato. China dijo a principios de esta semana que seguiría de cerca los escombros, pero asumió que representaba poco riesgo para cualquiera en el terreno.
El Long March 5B despegó el 24 de julio para entregar un módulo de laboratorio a la nueva estación espacial china en construcción en órbita, marcando el tercer vuelo del cohete más poderoso de China desde su lanzamiento inaugural en 2020.