Córdoba.- A cuatro horas de Córdoba se localiza una de las comunidades con el más alto índice de marginación y pobreza de Veracruz: Chiapa. Una de las 40 localidades del municipio de Tehuipango y las más humilde en la lista, donde el 50 por ciento de los habitantes no tiene ni para letrinas y defecan al aire libre.
Actualmente existe un proyecto para convertir a la zona en una comunidad autosustentable, sin embargo, se requiere del apoyo de la población.
Según el Catálogo de Localidades, de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), los 277 habitantes de Chiapa están estancados en “muy alta marginación”; el 87.73 por ciento de la gente ni siquiera cuenta con servicios médicos, ni acceso a los servicios básicos que por derecho constitucional les corresponden, pues la conexión más cercana a los sistemas de electricidad se encuentra a dos horas de camino.
La población está integrada en la totalidad por indígenas hablantes únicamente del náhuatl, son pocos los habitantes que aprendieron el español y por ende se reducen las oportunidades de desarrollo.
Por las condiciones variantes del clima, las principales actividades económicas consisten en la venta de los pocos animales que sobreviven: gallinas.
Quienes tienen mayor suerte bajan a las comunidades cercanas de la Sierra de Zongolica para realizar alguna actividad comercial, aunque sólo se trata de menos del uno por ciento de la población. Otros más tienen que caminar hasta dos horas para lavar la ropa y acarrear agua hasta sus comunidades, dado que carecen de los servicios básicos.
Van por una comunidad autosustentable
Tras conocer el estado de abandono en el que se encuentran dichas familias, integrantes de la Asociación Civil Contagiando Voluntad, de la Ciudad de México, y personas altruistas de la localidad, así como del extranjero, decidieron convertir a Chiapa en una comunidad autosustentable. Para ello, el pasado 25 de junio se integró una brigada de seis hombres, entre ellos, José Luis Durán Marcial, quien desde hace varios años ha trabajado en causas similares y promotor del proyecto La Mochila del Cambio 2016.
No es sólo llevarles cosas
El primer viaje denominado “de reconocimiento”, sirvió para, en un primer momento, dotar a las 50 familias del lugar de una despensa, juguetes, entre otros artículos de primera necesidad, que fueron donados a través de la convocatoria en las redes sociales.
El reto es que en un período no mayor a los tres meses, la brigada retorne hasta la zona para consolidar el proyecto de autosustentabilidad. Pues debido a que la zona se caracteriza por contar con un clima variado, se requiere conocer el espacio y terreno para poder iniciar con la siembra de hortalizas.
Se trata de un proyecto único en la zona y que permitiría garantizar el alimento diario de las familias, pero la falta de recursos económicos es un impedimento. Según explica Durán, lo que se busca es no sólo llevar apoyos por llevar, sino a través de actividades manuales y de siembra, enseñar a los habitantes del lugar a generar sus propios alimentos, pero a su vez, se debe considerar que existen gastos que generan un impedimento, pues para rentar una unidad de transporte que apoye tanto en el traslado de la brigada como de las herramientas, se requieren por lo menos siete mil pesos por dos días, más gastos de camino y gasolina.
La intención de hacer público el programa de sustentabilidad, es invitar a la población en general a que se sume en apoyo, ya sea económico o en especie, o inclusive en mano de obra, ya que durante cada visita programada se pretende hacer entrega de ayuda y herramientas que sirvan para las tareas a desarrollar.
A través de la página de Facebook Contagiando Voluntad, se podrá conocer a detalle cada una de las acciones programadas, así como solicitar mayor información sobre las acciones proyectadas para la comunidad en beneficio de sus habitantes.
