AGENCIA
Nacional.- El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) aprobó que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) asuma el control completo de Altán Redes, marcando un cambio significativo en el sector de telecomunicaciones en México. Con esta decisión, el gobierno federal logra uno de los objetivos planteados por el expresidente Andrés Manuel López Obrador: contar con un competidor capaz de enfrentar a gigantes como Telcel.
El expediente UCE/CNC-006-2024 detalla que la CFE adquirirá todos los activos de Altán, incluyendo espectro radioeléctrico, torres, fibra óptica y la capacidad de ofrecer servicios mayoristas a Operadores Móviles Virtuales (OMV). Esto posiciona al gobierno como un actor clave tanto en el mercado mayorista como en el minorista, al integrar Altán con CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos, que podrá vender servicios directamente a los usuarios finales.
La red de Altán, operativa con tecnología 4.5G, ha sido esencial para ampliar la conectividad y cerrar la brecha digital en México, un objetivo prioritario para el gobierno. Sin embargo, tanto Altán como CFE Telecomunicaciones enfrentan serios desafíos financieros.
*CFE Telecomunicaciones reporta pérdidas por 8 mil 931 millones de pesos, derivadas de altos costos en infraestructura.
*Altán Redes acumula una deuda de más de 500 millones de pesos por impagos de espectro radioeléctrico.
Además, el gobierno asumirá una deuda total superior a 30 mil millones de pesos de Altán, mediante un fideicomiso en Banco Azteca. Este esquema busca saldar parcialmente los compromisos financieros con 119 acreedores: El 10 por ciento (%) para más de 80 acreedores y hasta el 100% para los demás, dependiendo de las condiciones individuales.
Si bien la consolidación promete mejorar la cobertura nacional, expertos advierten sobre el impacto en la competitividad del mercado móvil. También preocupa la transición hacia una nueva Agencia de Telecomunicaciones, cuyos alcances y regulaciones aún no están claros.
El IFT deberá publicar próximamente un documento que detalle las condiciones regulatorias de esta operación. Mientras tanto, el sector y los usuarios finales esperan conocer cómo se equilibrará el desarrollo tecnológico con la sostenibilidad financiera.
Con esta decisión, el gobierno mexicano no solo redefine su papel en las telecomunicaciones, sino que también afronta el desafío de garantizar eficiencia, competitividad y acceso universal en un mercado altamente dinámico.