Orizaba.- El vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, estimó que la pobreza supera el 50 por ciento de la población, por lo que en noviembre se realizará la Jornada Mundial por los Pobres, con el objetivo de analizar y hacer conciencia de las medidas que han fracasado y de la desigualdad e injusticia social que se vive.
El investigador Julio Boltvinik Kalinka afirmó que en el mes de agosto las cifras que da el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) fueron manipuladas a través del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Se calcula que en los primeros 21 meses del Gobierno actual se añadieron dos millones al universo de pobreza, en promedio 105 mil cada mes. El Inegi indica que la pobreza pasó de 55.3 millones de personas a 53.4 millones durante el período 2014-2016.
Sobre el tema, el sacerdote mencionó que se ha observado que “en nuestro País está incrementando está situación y algo tenemos que hacer, los cristianos no podemos quedar impávidos ante una realidad que nos confronta”.
Explicó que en la Diócesis hay realidades diferentes, “la gente manifiesta un estado de crisis, percibe el aumento de precios, un poder adquisitivo menor, hay señales que son indicadores de que algo está pasando. Algunas personas vulnerables de avanzada edad que tienen pensiones raquíticas que no les alcanza para renumerar ni siquiera lo necesario para subsistir”.
Mencionó que son los adultos mayores entre los sectores más necesitados debido a que por su edad es muy difícil que puedan ser contratados, además el de los niños, porque sus padres al encontrarse casos donde a los ocho años sus hijos no han podido ingresar a la Primaria porque no cuentan con la capacidad económica.
Dijo que a ellos les han llegado a comentar que no pueden porque les “cobran la inscripción, aunque se supone que la educación debería de ser gratuita, porque les tienen que comprar útiles y no les alcanza, nos explican que les pagan en una casa por hacer la limpieza una determinada cantidad de dinero que no supera el salario mínimo y por supuesto que apenas pueden cubrir su pasaje de regreso a su pueblo y medio comer ”.
Añadió que en la jornada se pretende ir más allá de la asistencia social, es decir, analizar qué es lo que los está empobreciendo como son los salarios injustos, dependencias sociales que no les genera un progreso “sino un clientelismo de los subsidios”, puntualizó.
“No sólo tendremos actividades de asistencia social, sino que queremos actividades que nos hagan tomar conciencia de la dimensión del problema, que nos ayude a entrar en contacto con esta parte mayoritaria de nuestra población porque tenemos que decir que las personas que viven una condición de vulnerabilidad y carencia extrema en nuestro País es muy grande y los que viven en pobreza económica es otro sector enorme y que suma más de la mitad de nuestra urbe”, concluyó.
