Cuitláhuac.- El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos, así lo dijo en la homilía el sacerdote de la parroquia de San Juan Bautista.
Evento católico que se vistió de fiesta con la llegada del tradicional desfile de los judas y la tomo de la foto anual que es parte de las acciones que se viven año con año.
En este día, se entrecruzan las dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia madre de la ciudad santa, que se convierte en mimesis, imitación de los que Jesús hizo en Jerusalén, y la austera memoria – anamnesis – de la pasión que marcaba la liturgia de Roma. Liturgia de Jerusalén y de Roma.
Por un momento la gente revivió la esperanza de tener ya consigo, de forma abierta y sin subterfugios aquel que venía en el nombre del Señor. Al menos así lo entendieron los más sencillos, los discípulos y gente que acompañó a Jesús, como un Rey.
LA PRESENTACIÓN DE LOS JUDAS
Se trata de una parte de habitantes que se visten de manera llamativa para recordar la entrada gloriosa de Jesús a la tierra santa, arrancando del Domingo de Ramos.
Joé Vicente Osorio Vargas
El Buen Tono