
Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- Con cantos, luces y símbolos de esperanza, la comunidad católica celebró la noche del sábado la Vigilia Pascual, considerada “la madre de todas las vigilias”, un rito solemne que prepara a los fieles para el Domingo de Resurrección y refuerza los pilares de la fe cristiana.
La ceremonia, que marca el tránsito simbólico “de la oscuridad a la luz”, conmemora el núcleo central del cristianismo: la resurrección de Jesucristo, interpretada como triunfo sobre la muerte, el pecado y la desesperanza.
En este contexto, el padre Helkyn Enríquez Báez, vocero diocesano, explicó que cada elemento litúrgico durante la vigilia, desde el encendido del cirio pascual hasta las lecturas bíblicas, busca recordar a los creyentes que están ante un momento trascendental: el encuentro con un Cristo vivo.
“No celebramos a un Cristo muerto, anquilosado o reducido a la rutina. Es un Jesucristo vivo quien da sentido a nuestra existencia, renueva nuestras comunidades y transforma la sociedad”.
Se invitó a los católicos a reflexionar sobre el significado profundo de la Pascua, citando además las palabras de San Pablo: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe”, recordando que este misterio es el corazón del credo cristiano.
La Vigilia Pascual, celebrada en templos de todo el mundo, incluyó en Orizaba momentos de silencio, una fiesta que no sólo prepara para el Domingo de Pascua, también llama a los fieles a fortalecer su compromiso con la construcción de una sociedad más justa y espiritual.
