Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- Este sábado, la Casa de la Misericordia conmemoró nueve años de labor ininterrumpida en apoyo a personas en situación de vulnerabilidad, con una ceremonia que reunió a voluntarios, beneficiarios y líderes religiosos.
El evento, marcado por la gratitud y la reflexión, incluyó una homilía oficiada por el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, quien destacó la importancia de la solidaridad como pilar de la comunidad.
Tras la celebración religiosa, los asistentes participaron en un emotivo acto de convivencia donde se compartió “el pan y la sal”, símbolo de hospitalidad y fraternidad, entre los comensales habituales del comedor comunitario, así como con benefactores y voluntarios que han respaldado la causa a lo largo de casi una década.
