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Católicos piden por las madres en sufrimiento

Superiberia

Córdoba.- Tras celebrar la pasión de Cristo a través del Viacrucis, fieles pidieron de forma especial por las madres que sufren ante la muerte, enfermedad y desaparición de sus hijos, los migrantes, así como por la recuperación del respeto a la vida y la buena comunicación entre padres e hijos.

Como es tradición para los creyentes, ayer participaron en el “camino a la Cruz”, que se llevó a cabo con la comunidad católica de la Catedral de la Inmaculada. Acompañados por el padre Domingo Ortiz, y sobre todo de la presencia de Jesús y  María, recorrieron las calles de la ciudad, unidos en meditación de los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección.

En esta ocasión, el Presbítero destacó que se trató de un nuevo Viacrucis del Siglo XXI, donde es urgente estar en una verdadera sintonía con Dios, que nos permita como sociedad recuperar ese diálogo entre padres e hijos, que sirva a su vez para motivar la responsabilidad de los actos, sobre todo para dejar de “echar” la culpa a Dios de todo lo que sucede. Pues por el contrario, debemos convertirnos como sociedad en seres custodios de la paz y la justicia.

Es por ello, dijo, que es momento de dejar de lado el individualismo para comenzar a preocuparse por los demás, así como lo hizo Santa Verónica, quien en su momento ignoró las críticas y señalamientos sociales para ayudar a aquel ser humano destrozado por los golpes y el dolor.

En un señalamiento especial, se pidió por el alivio de las madres que están sufriendo por un hijo enfermo, desaparecido o muerto, para quienes llamó a consolidarse en Cristo, ya que “aunque no existen palabras suficientes para aliviar el dolor por la separación con un hijo, Él es el único con el poder de sanar”.

De forma general, se reiteró la necesidad de contener y recuperar el diálogo entre padres e hijos, para mantener una sana relación y comunión plena.

Al recordar el sufrimiento de Jesús en la cruz, se debe entender que ante un mundo lleno de atrocidades es tiempo de creer en Dios, de reconciliarse con Él y erradicar al pecado, dejando de lado las difamaciones y las cacerías de brujas, para dar paso a la sociedad del amor y reconversión.

En este cambio social, también se requiere negarse al culto de figuras como la Santa Muerte, al recordar que Jesús la venció tras resucitar al tercer día, entorpeciendo los planes de Satanás que sólo buscan engañar a la gente con falsas promesas.

COMBATIR EL MAL

Ciudadanos creyentes tienen en sus manos poderosas armas para combatir el mal que se pretende apoderar del mundo entero, afirmó el párroco Domingo Ortiz.

Al celebrar la lectura de las Siete Palabras del Viernes Santo, fieles deben tener siempre presente la Biblia, el rosario, la confesión, la oración, la eucaristía y la cruz.

Antes de culminar la pasión de Cristo, se dio lectura a las Siete Palabras, que corresponden a la denominación convencional de las siete últimas frases que Jesús pronunció durante su crucifixión, antes de morir, tal como se recogen en los Evangelios Canónicos.

En voz del sacerdote Domingo Ortiz, se recordó a los presentes la necesidad de que sentimientos como la venganza no sean albergados dentro del corazón, al recordar que aunque anteriormente se mantenía la Ley del Talión, sin embargo, al momento que Jesús menciona “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, es un llamado a la compasión y misericordia.

La sociedad está llamada a vivir en la fe; sin embargo, hay ocasiones en las que se van sanando de ciertos males, y aun cuando a través de la fe logran una mejora, siguen cayendo en los mismos errores, por tanto, hay que recordar que Jesús siempre escucha nuestras oraciones y por ello estamos llamados a compartir de su misericordia, “Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.”

Tras recordar aquellas frases cercanas a la muerte, es necesario que la población recuerde que al final de nuestras vidas hay que pedir la misericordia y en vida el perdón de Dios. Por ello, se debe comprender que el hombre tiene grandes armas para poder combatir al mal a través de la fuerza de la Biblia, el rosario, la confesión, la oración, la eucaristía y la cruz.

Dentro de las actividades, en punto de las 15:00 horas se realizó el descendimiento, donde permaneció para su adoración y con ello culminar la pasión de Cristo con el beso a la Santa cruz.

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