Poco después de las tres y media de la tarde y tras un tenso debate, el Parlamento de Cataluña aprobó la moción en la que declaró la independencia unilateral con la que dio paso a la llegada de la nueva “república”. El anuncio, que se celebró de forma masiva en las calles y plazas de la región, tuvo respuesta inmediata desde Madrid: el Ejecutivo español, el derechista Mariano Rajoy, informó que había ordenado –gracias a las atribuciones que le otorgó horas antes el Senado español– la destitución de todo el gobierno catalán, el cierre de sus principales oficinas y de sus delegaciones en el exterior, el cambio de la cúpula de la policía autonómica y la disolución del Parlamento para convocar elecciones anticipadas para el próximo 21 de diciembre.