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Guanajuato.- En redes sociales, los reportes de animales perdidos, maltratados o abandonados son frecuentes. Daisy, una perra de pelaje blanco, se ha convertido en el rostro de uno de estos casos que ha conmovido a la comunidad de León, Guanajuato, México. El 19 de julio, fue vista en las calles de León, con su piel alrededor de los ojos cubierta de heridas, lo que generó una ola de preocupación y solidaridad entre los usuarios de redes sociales que ayudaron a compartir su historia.
Las publicaciones en redes sociales no solo pedían ayuda para Daisy, sino que también exigían a las autoridades, incluida la presidenta municipal de León, Alejandra Gutiérrez Campos, que encontraran al responsable de “semejante atrocidad”. La indignación colectiva era evidente, pues no podían concebir cómo alguien había podido causar tanto dolor a la perra sin enfrentar consecuencias.
El caso de Daisy ganó tanta atención que pronto fue rescatada por los encargados del albergue Amor Mestizo. Sandra Guerrero, una de las personas que compartió su historia en redes, informó que la perra ya estaba bajo el cuidado del refugio y había sido nombrada Daisy, iniciando así una nueva vida lejos de las calles y el maltrato.
El 20 de julio, los encargados de Amor Mestizo publicaron en Facebook sobre la condición de Daisy, describiéndola como una “pequeña muy lastimada”. La rescatista del albergue encontró a Daisy “toda mojada” y escondida debajo de una camioneta. Al acercarse, la perra se echó de panza, esperando caricias, en un gesto que conmovió a todos: “Creo que esperaba que alguien se compadeciera de ella”, relataba la publicación.
Ahora, Daisy está recibiendo el cuidado que necesita, pero el albergue Amor Mestizo ha solicitado ayuda a sus seguidores para costear su tratamiento médico y rehabilitación. “Está muy ‘malita’ de sus ojitos, no quiero imaginar cómo le duele. Échanos una ‘patita’ para sacarla adelante y aliviar su dolor”, pidieron en su post.
Este caso, además de evidenciar la crueldad animal, ha mostrado el poder de las redes sociales para movilizar a una comunidad y brindar una segunda oportunidad a los animales que sufren en las calles. La historia de Daisy es un recordatorio de la importancia de la compasión y la acción colectiva para proteger a los más vulnerables.