Guadalajara.- La existencia de una casa en el Oeste de México, donde sacerdotes pederastas eran rehabilitados hasta 2001, según el cardenal emérito Juan Sandoval Íñiguez, es un secreto a voces del que colaboradores o miembros de la Iglesia no se atreven a hablar.
La casa Alberione está ubicada en el poblado de San Pedrito, en el municipio de Tlaquepaque, entre las calles Pemex y Alba, en una colonia de escasos recursos con calles de tierra. En poco más de media manzana, la finca tiene amplios jardines en la parte frontal. El enrejado deja ver un pasillo exterior que lleva al edificio principal de dos pisos, donde se aprecian decenas de ventanas, al igual que otro edificio ubicado a un costado.
El sitio está bajo el cuidado de las religiosas de la orden Pías Discípulas del Divino Maestro, fundada por Santiago Alberione.
Cuestionadas por Efe, dicen no saber de la existencia de la casa y afirman que la finca es sede de Kairós, un programa de “formación integral” para monjas, como lo describen en su página de Internet.
El mismo sitio web indica que en el mismo lugar está Alberione, una “casa terapéutica” fundada en 1989 que ofrece el programa Génesis, que ofrece a los presbíteros y consagrados “apoyo integral en el área física, emocional y espiritual, para restablecer su vida y ministerio”.
De acuerdo con el directorio de organizaciones civiles del Gobierno de Jalisco, dicha casa estaba registrada al menos desde 2005 como un lugar de asistencia para los sacerdotes.
En una entrevista reciente con Efe, Sandoval Íñiguez aseguró que ese recinto fue un centro de rehabilitación de religiosos hasta que Juan Pablo II envió en 2001 una carta a los obispos para pedirles que no encubrieran estos casos.