AGENCIA
XALAPA.- Veracruz, uno de los estados más emblemáticos de la costa del Golfo de México, vive una lucha silenciosa, pero devastadora entre los principales grupos del narcotráfico en el país.
Un informe confidencial de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar) revela cómo esta batalla está erosionando la seguridad del estado.
Uno de los grupos ha consolidado su dominio en gran parte del territorio veracruzano. Según el análisis del gobierno federal, este grupo no solamente controla Veracruz, sino también otros estados clave del centro del país, como Guanajuato y Michoacán, lo que le otorga un poder estratégico sobre el corredor de tráfico de drogas hacia el norte y el extranjero. Sin embargo, este control está lejos de ser absoluto.
En diversas zonas del estado, otras organizaciones delictivas de alto nivel tienen presencia, lo que ha desatado una ola de violencia y confrontación por el control del territorio.
En el norte de Veracruz, en Tuxpan y Poza Rica, la disputa gira en torno al robo y tráfico de hidrocarburos, un negocio millonario que ha sido clave en la economía criminal de la región.
Mientras el norte lucha en torno a los combustibles, el sur de Veracruz está envuelto en una guerra diferente, pero igualmente violenta, donde domina el tráfico de drogas y extorsión, además de cobrar derecho de paso a migrantes que cruzan la región, con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
Los secuestros y asesinatos son frecuentes. Veracruz, con su estratégica ubicación geográfica, ha sido identificado como una zona crítica en esta guerra.
La violencia vinculada a estos grupos ha disparado los índices delictivos, y las autoridades federales y estatales se enfrentan a un desafío monumental: cómo contener la expansión de estas organizaciones y restablecer la seguridad en una región tan estratégica como es la zona Centro.
