WASHINGTON.- Una vez más el Gobierno de Estados Unidos reiteró que el Cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín El Chapo Guzmán, es la organización más poderosa del mundo en tráfico de drogas, aunque también reconoció que la demanda y consumo de narcóticos en su país es la base principal para el empoderamiento de los grupos del crimen organizado de México.
En una audiencia en el caucus para el Control Internacional de los Narcóticos de la Cámara de Senadores, la Administración Federal Antidrogas (DEA), dejó en claro que el Cártel de Sinaloa es técnicamente el dueño del mercado de drogas estadunidense.
“Este hombre, El Chapo Guzmán, es alguien a quien considero el narcotraficante más peligroso en el mundo. Él y el Cártel de Sinaloa dominan el mercado ilícito de las drogas de Estados Unidos”, afirmó Jack Riley, subadministrador interino y jefe de operaciones de la DEA.
El caucus del Senado realizó una sesión para analizar la efectividad de la Iniciativa Mérida en México como parte de la cooperación bilateral para combatir el narcotráfico.
Ahí, Chuck Grassley, senador por el estado de Iowa y presiente del caucus, y su colega Dianne Feinstein, concluyeron que la Iniciativa Mérida no ha tenido el éxito esperado, tomando en cuenta que en Estados Unidos ahora se vive una crisis mortal por el consumo de heroína.
De acuerdo con los senadores y los representantes del Gobierno de Barack Obama, la corrupción por narcotráfico a todos los niveles gubernamentales en México, la falta de programas de erradicación de cultivos de amapola, y el incremento de la demanda y consumo de narcóticos en Estados Unidos, evidencian que ni con la Iniciativa Mérida se han logrado avances significativos contra el narcotráfico mexicano.
“Los pilares (objetivos) de la Iniciativa Mérida no se han alcanzado”, señaló la senadora Feinstein.
“Aunque cualquier persona puede concluir que la Iniciativa Mérida es un fracaso, y no lo puedo decir de manera específica, lo que sí puedo afirmar es que estoy profundamente insatisfecha con los resultados”, subrayó.
Durante la larga audiencia en el Senado, en todo momento se destacó la falta de programas efectivos para contener la demanda y consumo de drogas en EU.