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Nacional.- El arzobispo primado de México, el cardenal Carlos Aguiar Retes, lideró este Jueves Santo la Misa Crismal, una de las celebraciones litúrgicas más importantes de la fe católica. Este acto reviste especial significado, ya que en él los sacerdotes renuevan su compromiso de amor y servicio a Dios.
La ceremonia, llevada a cabo en la majestuosa Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, incluyó la bendición de los santos óleos, destinados a ser utilizados en la administración de los sacramentos para los enfermos y los catecúmenos, aquellos que se preparan para recibir el bautismo.
La Misa Crismal es el único rito religioso permitido en la mañana de este día, y siempre es presidida por el obispo de la arquidiócesis en unión con todos sus presbíteros, obispos y feligreses.
En su homilía, previa a la renovación de los votos sacerdotales, el cardenal Aguiar Retes instó a los sacerdotes a reflexionar sobre su labor pastoral. Los conminó a evaluar si cumplen con las tres principales características del sacerdocio: dar buenas noticias a los pobres, sanar a los de corazón quebrantado y proclamar el perdón a los cautivos.
Asimismo, el cardenal recordó que el sacerdocio no es un privilegio, sino un servicio al prójimo, sea o no creyente en Cristo.
Además de la Misa Crismal, en esta jornada el cardenal Carlos Aguiar Retes presidirá la celebración de la institución de la misa, que recuerda la última cena de Jesucristo. En este acto, se conmemora la entrega de su vida a través del pan y el vino, origen de la eucaristía, y se realiza el lavatorio de pies, símbolo del servicio a los demás.
Los santos óleos bendecidos en la Misa Crismal son de suma importancia en la vida sacramental de la Iglesia. Incluyen el óleo de los catecúmenos, utilizado en el bautismo como signo de fortaleza de Cristo; el óleo de los enfermos, remedio para las dolencias del alma y cuerpo; y el santo crisma, utilizado en varios sacramentos y consagraciones, simbolizando la gracia divina.