México.- Se cumplió el segundo encuentro de cuatro que tendrán antes de subir al ring. Saúl Canelo Álvarez y Miguel Ángel Cotto, una cita que hizo ver al mexicano más cómodo y al puertorriqueño a disgusto, molesto, con pocas ganas de pararse frente a los lentes y micrófonos, para promocionar el combate del 21 de noviembre en las Vegas, Nevada.
Ambos púgiles llegaron a la zona mixta a la hora pactada. Ahí, el primer golpe contra el boricua; por cuestión de tiempo, las entrevistas con los medios se harían de manera conjunta. Canelo y Cotto tendrían que verse la cara durante todo el día.
El mexicano entendió mejor el juego, bromeó, sonrió, contestó todo lo que le preguntaban y hasta se dio el lujo de bailar una bachata en medio de una de las entrevistas.
Cotto fue distinto, en voz muy baja, con la mirada lejos del interlocutor y dando respuestas muy cortas participó en el acto. Era claro que el oriundo de la Isla del encanto no quería estar ahí junto al mexicano.
Esta pelea es importante, quizás sea la más destacada en todo el año. Y la gente del boxeo lo sabe. Mauricio Sulaimán, Óscar de la Hoya, y Humberto Chiquita González se hicieron presentes en la conferencia.
Para cerrar la tarde, Cotto y Canelo cumplieron con el protocolo más importante: el encare; ese mismo que ha sido testigo de golpes, empujones y hasta suspensiones en algunos casos.Ambos púgiles fueron muy profesionales, mirada a los ojos del rival, el puño apretado y la barbilla lo más alto posible. Nadie quería ceder un centímetro. Pero al final salió un cordial saludo.