Lawrence Scheele se encontraba en la gran barrera de coral en Queensland, Australia, cuando descubrió una extraña criatura, una especie de molusco gasterópodo sin concha.
Concretamente se trataba de una bornella anguilla, una especie de babosa de mar, un nudibranquio de colores azul y naranja cuyo aspecto se asemeja al de un dragón y que puede llegar a crecer hasta una longitud de 8 centímetros.
El pequeño “dragón” se retorcía mientras nadaba en el agua, algo extraño en esta especie que suele desplazarse ondulando suavemente su cuerpo para nadar.