La naturaleza sigue sorprendiendo a la humanidad, y gracias a los avances tecnológicos, hoy es posible captar impactantes momentos en los rincones más remotos del planeta. Uno de estos episodios ha dejado perplejos a los científicos: el avistamiento de un pulpo montando un tiburón en las costas de Nueva Zelanda.
Este hallazgo, registrado en 2023 por un equipo de investigadores de la Universidad de Auckland en el golfo de Hauraki, ha sido denominado como el “sharktopus”. Todo comenzó cuando los expertos notaron una extraña mancha naranja en el lomo de un tiburón mako de aleta corta. Al acercarse, descubrieron que no se trataba de una simple mancha, sino de un pulpo maorí que se aferraba con sus tentáculos al escualo.
Este insólito fenómeno ha llamado la atención de la comunidad científica, ya que los pulpos suelen habitar en el fondo del océano, mientras que los tiburones mako, conocidos por su rapidez, rara vez descienden a tales profundidades. “No tiene sentido que estos dos animales se encuentren en el mismo lugar, en el mismo momento”, comentó uno de los investigadores.
A pesar de que la interacción solo pudo ser observada durante 10 minutos, el equipo reflexionó sobre la experiencia única que pudo haber vivido el pulpo. Mientras que el tiburón mako puede alcanzar velocidades de hasta 50 kilómetros por hora, los pulpos nadan a un máximo de 40 kilómetros por hora. Este curioso “viaje” podría haber sido un evento excepcional para el cefalópodo.
Los expertos subrayan que este hallazgo es un recordatorio de las maravillas que esconde el océano y de las innumerables sorpresas que aún esperan ser descubiertas en sus profundidades. La exploración marina continúa y, sin duda, seguirá brindando encuentros tan fascinantes como el del “sharktopus”.
