Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba.- Las filas interminables de hasta tres horas en la autopista Veracruz-México, en la caseta de Paso del Toro, mantienen a miles de conductores atrapados cada mañana. La responsabilidad recae en Caminos y Puentes Federales (CAPUFE), que, al permitir el avance de las obras sin acciones efectivas para mitigar el impacto en el tránsito, ha dejado a los ciudadanos sometidos a largas esperas y congestionamientos.
A esta problemática se suma el silencio de las cámaras transportistas, que lejos de presionar para resolver esta crisis, permanecen calladas, lo que sugiere una posible complicidad. Directivos de Antac, Canacar, Amotac y otros gremios parecen más interesados en sus beneficios políticos, ignorando la necesidad de exigir soluciones reales.
La evidente corrupción en la gestión de esta obra y la indiferencia de estas representaciones alimentan la sospecha de que la asignación de las obras responde a “moches” que aseguran contratos sin importar el daño al ciudadano.