AGENCIA
EEUU.- Los intentos del Gobierno de Donald Trump por reducir drásticamente el número de empleados públicos han generado un caos interno, con despidos mal gestionados y una serie de contradicciones en la comunicación oficial.
Según informó Bloomberg, varios empleados de la Administración de Pequeñas Empresas con solo un año de antigüedad, que se encontraban en periodo de prueba, fueron notificados el lunes de que habían recibido correos de despido por error y que no perderían sus empleos. Sin embargo, al día siguiente, se les confirmó que sí estaban despedidos.
“Durante este periodo de prueba, se ha determinado que su continuidad en el puesto no favorece la eficacia del servicio, ya que no ha demostrado que tenga aptitudes para continuar en el empleo”, señalaba el correo electrónico obtenido por Bloomberg, idéntico al que anteriormente se había calificado como un “borrador” erróneo.
Los despidos masivos están siendo gestionados por Elon Musk, presidente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), quien busca reducir el gasto público y eliminar lo que considera actividades “fraudulentas” dentro del gobierno. Según The Washington Post, la Casa Blanca prevé recortes presupuestarios de entre el 30 por ciento (%) y el 40%, lo que incluye despidos de personal.
Recientemente, el DOGE asumió el control de departamentos esenciales como la Oficina de Gestión de Personal, responsable de la administración de los empleados públicos. Desde entonces, ha implementado recortes sin informar a altos funcionarios, lo que ha generado incertidumbre sobre la legalidad de las medidas. Muchos empleados están representados por sindicatos que exigen la apertura de un proceso de negociación colectiva.
La confusión administrativa también se ha extendido a otras áreas gubernamentales. El Wall Street Journal informó que el desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional fue tan apresurado que un empleado despedido tuvo que ser recontratado para gestionar la asistencia de otros trabajadores.
A medida que Trump y Musk aceleran su plan de reestructuración gubernamental, la falta de organización y comunicación clara se ha convertido en un rasgo característico del proceso, generando incertidumbre y preocupación entre los empleados públicos y legisladores.
