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Candidato recluta a c0rrvpt0s; s3pvlt4r4 a la 4T

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De la Redacción

El Buen Tono

Córdoba.- Si alguien pensaba que Morena en Córdoba representaría un cambio verdadero, la integración de la planilla que acompaña al candidato impugnado y facturero del crimen organizado, Manuel Alonso Cerezo, terminó por enterrar toda esperanza. Lo que se pretendía presentar como un equipo de trabajo ciudadano, resultó una amalgama de intereses oscuros, reciclaje político y figuras ligadas a la corrupción, el sindicalismo podrido y la facturación criminal.

A la cabeza, Alonso Cerezo, quien carga con denuncias públicas por ser operador financiero de empresas fachada utilizadas para lavar dinero. Su llegada a la candidatura fue impuesta sin encuesta, sin respaldo popular y sin transparencia. Hoy, encabeza una planilla construida no con visión de ciudad, sino con cálculo de favores.

Uno de sus alfiles es Abraham González Blanco, líder del SUTERM en la CFE y empresario de bares y centros nocturnos. Su inclusión no responde a méritos ciudadanos ni trayectoria social, sino a los acuerdos con viejos caciques sindicales que ahora buscan blindarse bajo el escudo de la 4T, aunque en los hechos representan la misma podredumbre de siempre.

Tampoco se salva Denisse Lira, ex funcionaria del gobierno municipal morenista, cuya inclusión sólo se explica desde el compadrazgo. No tiene respaldo, no tiene logros, pero sí tiene conexiones personales suficientes para colarse en una planilla que, lejos de buscar perfiles competitivos, premia la lealtad ciega y el silencio.

Peor aún, entre los elegidos figura Javier Ramos Bozziere, el eterno dirigente de la CROC, acusado públicamente de corrupción, tráfico de influencias y desvío de recursos, un personaje que representa lo que Morena dijo que venía a erradicar: la vieja política del sindicalismo rancio que se enriquece a costa de los trabajadores.

Y como cereza del pastel, aparece Guillermo Santos, un personaje que hasta hace no mucho se burlaba de Morena en redes sociales, atacaba al presidente y desacreditaba el movimiento, pero que hoy, de forma cínica, se sube al barco como si nada hubiera pasado. La memoria, para ellos, no existe. La congruencia, tampoco.

La planilla de Cerezo no representa a Morena, ni a sus principios, ni mucho menos a la ciudadanía.

Es la suma de factureros, cuotas sindicales, amigos cómodos y operadores reciclados que ven en el poder una vía para seguir enriqueciéndose, ahora con fuero y contratos.

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