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Veracruz.- Desde hace más de una década, se han documentado en Veracruz sitios utilizados para la desaparición y eliminación de personas, similares a los recientemente localizados en Jalisco. Sin embargo, colectivos de búsqueda señalan que las autoridades no han logrado esclarecer estos casos ni garantizar justicia para las víctimas.
El Limón: un sitio marcado por la brutalidad
En enero de 2016, cinco jóvenes que viajaban del puerto de Veracruz a Playa Vicente desaparecieron tras ser detenidos por policías estatales bajo el pretexto de una revisión de rutina. Posteriormente, la Fiscalía General del Estado confirmó que los agentes los entregaron a un grupo del crimen organizado.
Un mes después, se descubrió el rancho El Limón, en Tlalixcoyan, donde se localizaron más de 3,000 restos óseos, incluyendo fragmentos de mandíbula, costillas y fémures, así como manchas de sangre. Análisis genéticos confirmaron que algunas muestras correspondían a dos de los jóvenes desaparecidos.
De acuerdo con el Colectivo Solecito Veracruzano, el sitio contenía elementos que evidenciaban su uso para la desaparición de personas, como tambos con ácido y utensilios para incineración. Las investigaciones revelaron que las víctimas eran entregadas, marcadas con códigos como “becerros” o “paquetes”, interrogadas bajo tortura y posteriormente asesinadas.
La Gallera: un horno de cenizas
En enero de 2017, en el rancho La Gallera, ubicado en Tihuatlán, se encontraron restos humanos calcinados, vestimenta y un horno industrial con cenizas.
Dos meses después, miembros del colectivo de búsqueda María Herrera descubrieron nuevas evidencias, entre ellas 22 fosas con al menos 100 fragmentos óseos carbonizados. Según los familiares de desaparecidos, este sitio operaba desde 2011 como un centro de exterminio.
Colinas de Santa Fe: el mayor entierro clandestino de Latinoamérica
El predio Colinas de Santa Fe, al norte del puerto de Veracruz, es considerado el cementerio clandestino más grande de Latinoamérica. Entre 2016 y 2017, integrantes del Colectivo Solecito Veracruzano exhumaron 305 cráneos humanos y más de 22,000 restos óseos. También hallaron herramientas que sugieren la destrucción intencional de cuerpos.
Lucía Díaz Genao, vocera del colectivo, advirtió que estos hallazgos evidencian la magnitud de la crisis de desapariciones en México. “Es la peor perversión que puede cometer el ser humano. La violencia está tan normalizada que la sociedad ya no reacciona ante estos hechos”, señaló
