CÓRDOBA.- Cuando las acciones que emprende el Gobierno municipal para el “bienestar” de los cordobeses son mal planeadas, da como resultado obras carentes de calidad y de utilidad para la población, tal es el caso del famosos caminatorio de la calle 1, el cual se proyectaba como una vialidad que le daría realce al primer cuadro de la ciudad, sin embargo su construcción está plagada de errores y omisiones que huelen a corrupción.
El proyecto con un costo de 60 millones de pesos abarca desde la avenida 11 hasta la avenida 2 en una primera etapa, así como la construcción de un puente que comunicaría al centro con el Beisborama de forma lineal para la segunda etapa, dicha obra lleva ya un año realizándose y aún no se concreta del todo.
No obstante, regresando a la primera etapa, en el tramo de las avenidas 11 a la 3, la obra ya presenta cuarteaduras y daños en las losas, lámparas fundidas, banquetas mal diseñadas y postes de luz que no han sido retirados, todo esto ha causado malestar e inconformidad entre los comerciantes y vecinos del lugar que continúan esperando los tan “cacaraqueados” beneficios de este caminatorio.
Hasta cuándo el alcalde Tomás Ríos continuará pagando con el dinero de los cordobeses los errores y fallas de esta obra, en vez de obligar a la constructora a que se haga responsable y subsane los defectos, aunque esto es imposible, pues la administración municipal esta coludida con los constructores corruptos, -pues se las perdona-, que se enriquecen a costilla de los impuestos que pagan los ciudadanos. A esto se le suma, el proyecto de la Dirección de Comercio para colocar estanquillos y franquicias de alimentos sobre la banqueta de esta calle para darle más “atractivo”, lo que provocó el disgusto de la ciudadanía y vendedores ambulantes que tacharon a esta medida como discriminatoria e inequitativa.
Pues son por todos conocidas las acciones represivas de los inspectores de Comercio hacia quienes expenden sus productos en vía pública y con la instalación de estos negocios en el caminatorio se privilegia a un sector ya favorecido y no a quienes de verdad lo necesitan.