Miguel Ángel C. Mauss
el buen tono
Tezonapa.– El sector cañero se ha enfrentado a una situación alarmante por la falta de lluvias, pues este fenómeno climático ha generado una creciente preocupación entre los agricultores y expertos, ya que podría tener un impacto significativo en la próxima producción de caña de azúcar.
La caña de azúcar, uno de los cultivos más importantes en la región, depende en gran medida de las precipitaciones pluviales para su crecimiento y desarrollo óptimo.
La falta de lluvias prolongadas puede tener múltiples consecuencias negativas en esta actividad productiva, señalan productores, quienes advierten que la escasez de agua puede comprometer la calidad y la cantidad de los cultivos.
“La caña de azúcar requiere una cantidad adecuada de agua para mantenerse hidratada y garantizar un crecimiento saludable. Sin las precipitaciones necesarias, los cañaverales pueden experimentar un estrés hídrico, lo que resulta en un menor rendimiento y contenido de sacarosa en la caña cosechada”, comentaron.
Además, la sequía puede llevar a una disminución en el área de siembra, por lo que los agricultores podrían verse obligados a reducir la superficie dedicada al cultivo de caña de azúcar debido a la escasez de agua, lo que resultaría en una disminución en la producción total.
Otra consecuencia de la falta de lluvias es el aumento del riesgo de incendios, pues las condiciones secas propias de la sequía, hacen que los cañaverales sean más susceptibles a la propagación de incendios, lo que representa una amenaza directa para los cultivos y la infraestructura asociada.