De la Redacción
el buen tono
CÓRDOBA.- Empresarios callaron y siguen callando ante las raterías de la administración anterior porque tienen ‘cola que les pisen’ o porque los dejaron esperando a que les repartieran un poco de los millones que se robaron los politiquillos rateros que estuvieron trabajando en el ayuntamiento pasado.
No exigieron, pero tampoco les dieron nada porque todas las obras se las asignaron a compañías de Perote y Puebla o de plano a empresas inexistentes.
Con proyectos al aire, las autoridades rateras buscaron contener las críticas por falta de inversión, obras de las cuales no existió avance alguno, otras inconclusas o algunas de relumbrón, ejercidas con presupuesto federal o estatal, sin que hasta el momento la ciudad logre atraer nuevos inversionistas.
Con un listado de promesas, compromisos y un presupuesto superior a los 1,000 millones de pesos la administración anterior se ha quedado en la impunidad por los innumerables actos de corrupción y no hay quien lo reclame.
En décadas pasadas, los que hicieron grande a Córdoba fueron quienes no eran lambiscones, integrantes de cámaras patronales, que con honor trabajaban sin esperar moches, ni cochupos, ni chambitas. Empresarios que no buscaban ser proveedores de bienes o servicios como hoy, sino con el único fin de lograr el progreso de la ciudad.
Ahora eso ya no es así, pero sería un buen precedente que los empresarios se unieran para auditar las obras, porque ahí se robaron el dinero y el Orfis no les hace nada.
No obstante, nadie le exige al Orfis que realice una verdadera auditoría, además, el organismo está marcado también por la corrupción y por eso ex alcaldes o ex alcaldesas ladronas no están en la cárcel; ¿cuánto dinero han devuelto?
La propuesta es que los empresarios aportaran unos 150 mil pesos entre todos, de a cinco mil pesos cada uno, para contratar a un buffet de auditores contables y fiscales y a un perito en Obra Civil que no sea de la región, seguramente va a salir “pus”.
El problema es que los empresarios de aquí no se atreven a denunciar al alcalde o alcaldesa ladrona porque también tienen sus transas y los que no, son codos y agachones; asimismo, los pocos que sí tienen la calidad moral para exigir, son apáticos, dicen que no les gusta meterse en broncas. ¡Estamos jodidos!
