AGENCIA
Internacional.- Cada 18 de octubre, desde 1972, se conmemora el Día Mundial de la Protección de la Naturaleza con el propósito de crear conciencia sobre la necesidad de cuidar nuestro planeta. Sin embargo, el cambio climático, la deforestación y la contaminación siguen poniendo en riesgo los ecosistemas vitales. La ONU estima que un millón de especies se encuentran amenazadas de extinción en las próximas décadas.
Entre las especies más vulnerables debido al calentamiento global, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), están los abejorros, polinizadores esenciales para la biodiversidad; los arrecifes de coral, que albergan una cuarta parte de las especies marinas; y el café arábigo, que representa el 60 por ciento (%) de la producción mundial de café y sustenta a miles de personas.
La extinción de cualquier especie impacta el equilibrio ecológico y afecta directamente la vida humana, ya que la naturaleza provee alimentos, agua y oxígeno, y absorbe dióxido de carbono, entre otros servicios esenciales.
Acciones sostenibles son clave para mitigar estos efectos. Un estudio de la revista Nature Food indica que una dieta basada en plantas reduce el impacto ambiental en un 44%. Por ejemplo, producir 1 kilogramo de trigo genera 2,5 kilogramos de gases de efecto invernadero, mientras que la carne de res genera 70 kilogramos.
Además, la producción de carne y lácteos consume el 70% del agua disponible y ocupa el 38% de la superficie agrícola, según la OMS. El Veggie Challenge, promovido por la Fundación Veg, apoya esta transición hacia una alimentación más sostenible con un plan de 30 días de asesoramiento.
Por otro lado, la contaminación por plásticos es otra grave amenaza. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que el plástico constituye el 85% de los residuos oceánicos, y para 2040 se triplicará, alcanzando entre 23 y 37 millones de toneladas anuales. Más de 1,5 millones de animales marinos mueren anualmente debido a este tipo de contaminación. Promover el reciclaje y el uso de alternativas biodegradables como el bambú puede ayudar a reducir este problema.
“Proteger la naturaleza no solo implica cuidar los ecosistemas, sino también garantizar el futuro de las especies que los habitan”, destacó Jesica Bon Denis, directora de Comunicaciones de Fundación Veg.