- El ahora exlíder de los trabajadores de Petróleos Mexicanos es investigado por corrupción
- Carlos Romero Deschamps, nacido en Tamaulipas en 1943, se extingue poco a poco, tras 26 años protagonizando las páginas más infames de la corrupción y el cacicazgo sindical
CDMX.- A los 26 años fue contratado como chofer de pipa y ayer miércoles, a los 76 años, Carlos Romero Deschamps, el poderoso líder sindical de Petróleos Mexicanos (Pemex), fue ‘renunciado’ del Sindicato para el que había sido elegido hasta 2024, siendo sustituido por Manuel Limón, secretario interior de la organización.
Limón Hernández, cuenta con un amplio historial de corrupción, característico de todo líder petrolero en el País, además de no contar con el perfil, al sólo tener la preparatoria como máximo nivel de estudios.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda informó que ha interpuesto dos denuncias contra Carlos Romero Deschamps, exlíder del Sindicato de Pemex, por presuntas operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Durante 26 años, en el poder de Romero Deschamps, ha visto pasar a seis presidentes, de Carlos Salinas de Gortari a Andrés Manuel López Obrador.
AMLO, fue el encargado de anunciar el martes su muerte sindical con un puñado de frases, cuando reveló que está siendo investigado por la Fiscalía General. Sutilmente López Obrador insinuó que lo mejor que podía hacer es dejar el cargo y encarar un juicio “apegado a la legalidad”. “Si toma la decisión de dejar el Sindicato para atender estos asuntos, está en su derecho. Nosotros no nos vamos a meter (…) y él sabrá cómo responder a las denuncias presentadas sin que haya persecución, sino con apego a la legalidad”, dijo durante su rueda de prensa diaria.
La sentencia del martes de López Obrador contra Deschamps auguró el comienzo de la tradicional limpia sindical que emprende cada Mandatario. Durante el gobierno de Peña Nieto, Elba Esther Gordillo, lideresa de los maestros, terminó en la cárcel y con Felipe Calderón, el minero Napoleón Gómez Urrutia, se salvó por poco de la cárcel cuando huyó a Canadá.
“Durante varios gobiernos Deschamps manejó el Sindicato como su caja chica para pagarse los lujos y las campañas de los candidatos del PRI como Labastida —derrotado por Fox en el 2000— sin rendir cuentas a nadie”, explica Ana Lilia Pérez, autora de los libros “El cártel negro” y “Pemex RIP” (Grijalbo).
