Por: Andrés Timoteo / columnista
Hay reacomodo de fuerzas políticas en los umbrales del 2018, el año electoral más intenso que se tendrá en mucho tiempo, pues se renovará la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión -las cámaras de Diputados y Senadores- así como nueve gubernaturas -incluida la de Veracruz y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México- y en muchas entidades también los Congresos Locales -entre ellos el veracruzano- mientras que en otras habrá comicios para las alcaldías.
Y en esa recomposición, el llamado Frente Ciudadano por México (FCM) que hasta el momento integran los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (PMC), incorpora un miembro más, el Partido Nueva Alianza (Panal), identificado con la clase magisterial del País y que en los últimos años había sido aliado incondicional del priismo.
La lectura de la adhesión del Panal al FCM apunta a que el Revolucionario Institucional está siendo abandonado por sus aliados tradicionales y aunque Nueva Alianza no sea un proveedor excepcional de votos, su retiro es significativo en la medida de que los pronósticos de victoria se alejan del PRI. El Panal al igual que otras fuerzas políticas de menor rango como el Verde Ecologista o el Partido del Trabajo, son rémoras que si perciben descalabros huyen por sobrevivencia política.
En ese afán, esos partidos llamados “pequeños” buscan coaligarse con los que les den la posibilidad de mantenerse vigentes. Hoy, esa posibilidad no está del lado del PRI, el cual podría rodar hasta el tercer lugar en las votaciones del año venidero, pues el “mal humor” social hierve en todo el País. Más aún con lo sucedido tras los terremotos que azotaron la Nación en el mes de septiembre, cuando la clase gobernante quiso sacar provecho de la tragedia.
Se repite lo que ya se ha dicho, los fenómenos telúricos son cíclicos al igual que los fenómenos políticos, y así como el sismo de 1985, cuando el gobierno priista de Miguel de la Madrid se vio rebasado por el desastre, hubo un castigo ciudadano en los comicios de 1988 -y eso que se tuvo un compás de tres años- haciendo que el PRI perdiera la Presidencia de la República, ahora se prevé una derrota similar.
Claro, en aquel año el Gobierno Federal tuvo que recurrir a un fraude escandaloso para arrebatarle el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas e imponer a Carlos Salinas de Gortari, pero ahora las circunstancias son diferentes y aparentemente no podrán repetir la hazaña tramposa. La molestia popular es enorme hacia el gobierno de Enrique Peña Nieto, tachonado de casos de corrupción, ineficiencia y burla contra la población.
Todo eso se lo cobrarán en las votaciones del año entrante. Es inminente que con el sufragio se castigará excesos como el escándalo por la “Casa Blanca”, los desaparecidos de Ayot-zinapa, el socavón en el Paso Exprés Cuernavaca-Ciudad de México, los sobornos de Odebrecht, los enjuagues con las constructoras Higa y OHL, y hasta el agravio con la inexistente niña “Frida Sofía” que se inventaron con apoyo de una televisora nacional.
LA RÉMORAS
Pero regresando al caso de Nueva Alianza y su incorporación al Frente Ciudadano por México, la arista es que ese partido además de que era un aliado incondicional del PRI está compuesto por la militancia magisterial, es decir, los maestros del oficialista Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), podría, según el caso, revivir el voto masivo de los maestros contra el tricolor.
No hay que olvidar que el Panal fue creado por la exlideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, hoy presa por el gobierno de Peña Nieto, y la que tiene muchos pendientes que cobrarle a la actual Administración. Al interior del SNTE y por supuesto del Panal, todavía hay seguidores de Gordillo que buscan la revancha por lo que le hicieron a su dirigente.
Por otro lado, en Veracruz también el asunto es particular porque la adhesión del Panal al frente opositor mete en un brete a varios vivillos. Por ejemplo, el único diputado local que tiene ese partido es Vicente Benítez, del distrito de San Andrés Tuxtla y extesorero de Javier Duarte, y la duda es si éste impresentable personaje se sumará a la coalición PAN-PRD-PMC. Y si lo hace, ¿lo recibirán pese a todas las acusaciones de corrupción?
Panistas y perredistas se han cansado de señalar el latrocinio de Duarte de Ochoa y ahora podrían tener entre los suyos a uno de los ladrones de uña retorcida como Benítez González. ¿Se morderán la lengua y abrazarán a Vicente Benítez, el llamado “Señor de las Maletas Voladoras”, por aquel caso de los 25 millones de pesos que fueron decomisados en el aeropuerto de Toluca y que el tesorero de Veracruz había enviado, presuntamente para la campaña de Peña Nieto? Nadie lo dude, porque los panistas salieron más caradura que los muchos priistas.
Otro impresentable que -en teoría- quedará pasmado con este reacomodo del Panal, es el diputado federal y exalcalde de Huatusco, Miguel Ángel Sedas Castro, quien en la campaña anterior se ostentó como candidato de ese partido -bueno, en realidad el señor es todo un ‘chapulín’, pues ha brincado del PAN al PRI, del PRI al PVEM y del PVEM al Panal-. Es más, su esposa, Balducina Tejada, es alcaldesa electa por el PVEM, pero también ha saltado de partido en partido junto con el marido.
¿Sedas Castro se anotará en el Frente Ciudadano o saltará para atrás, para quedarse con los priistas? Lo segundo es lo más seguro, más cuando la prensa militante del tricolor ya lo menciona como el operador del senador José Yunes Zorrilla en la región de Huatusco para el 2018. Vaya, el peroteño no debe confiarse porque este tipo de rémoras como Sedas Castro huelen el peligro y priorizan su sobrevivencia política -ya se dijo- y en una de esas lo puede dejar colgado con la operatividad electoral para irse con quien le asegure seguir ‘enchufado’ al presupuesto público.
EL RANCHO GRANDE
Mientras eso sucede, Karime Macías, la todavía esposa del exgobernador Javier Duarte, vuelve a ser noticia ahora con un rancho ecuestre que le descubrieron en Coatepec, habilitado con recursos públicos -para no variar- y donde tenían ejemplares pura sangre para su entretenimiento, como ya lo documentó la prensa local y nacional.
Se espera, como lo anticipó el Gobernador, que la pesquisa sobre esa propiedad sea el hilo conductor que lleve a fincar responsabilidad penal a Macías de Duarte, quien ahora goza, oronda, de lo robado en Europa. Al parecer la Federación pretende dar impunidad a la exPrimera Dama, por lo que se saluda que desde la Entidad le ganen el brinco y se sustente una acusación formal que la haga sujeta a una captura y posterior prisión.
Sin embargo, la noticia importante -y que seguramente puso a trinar de miedo a muchos- que el lunes pasado dio el mandatario estatal no fue lo de Karime Macías sino la petición a la Fiscalía General para que proceda a investigar el desvío de recursos públicos para las campañas electorales del 2016. El Gobenador dio una pista, habló de una cifra: mil 500 millones de pesos. ¿A quién alude esta cantidad? Por supuesto, al candidato perdedor del tricolor, Héctor Yunes Landa.
El Senador habría recibido maletas llenas de dinero -al igual que su padrino, el entonces dirigente nacional del tricolor, Manlio Fabio Beltrones- de las manos de Duarte de Ochoa. Hay una confesión formal del exsecretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez -y un audio que también circuló hace meses-, en la que señala directamente a Yunes Landa de usar fondos públicos para costear su promoción electoral. Así, en breve se verá a Yunes Landa compareciendo en los juzgados. Por fin alguien lo pondrá en su lugar, después de tantos años de impunidad.
ADIÓS A LAS VEGAS
La llamada ‘Ciudad del Pecado’ nunca hizo tanto honor a su nombre como ahora. Las Vegas, Nevada, urbe inventada con éxito en medio del desierto por esos planeadores de la fantasía y el espectáculo sin freno, es hoy la sede de la peor masacre en la historia de los Estados Unidos. Hace tres días, un hombre disparó desde su habitación de un hotel contra una multitud reunida en un concierto, matando a 59 personas e hiriendo a más de 500.
No fue un ataque terrorista, aunque el llamado Estado Islámico o Daech quiso apropiarse de la matanza, asegurando que el autor, Stephen Paddock, era un militante recién converso. No es tal y tampoco es la primera vez que la organización yihadista pretende agendarse atentados ajenos y engañar a la opinión pública mundial.
El caso es más grave aún para los Estados Unidos porque sus gobernantes y hombres de la política no tienen asidero -en este caso los grupos terroristas musulmanes- para trasladar la culpa a otros y ésta se encaja en las entrañas de su sociedad, la cual vive armada y al borde del colapso psicótico.
A Paddock se le encontraron 130 armas de fuego tanto en la habitación de hotel que rentó como en su domicilio particular. ¿Qué hace un hombre con 130 armas?, y ¿cuál es la consecuencia si ese hombre tiene un desajuste mental, un brote de sicopatía? Un baño de sangre, como efectivamente ocurrió en el corazón de Las Vegas.
El descontrol en Estados Unidos por las armas, que se pueden comprar sin ningún problema en cualquier tienda, ha causado más víctimas que todos los atentados terroristas juntos. No es la primera masacre en territorio gringo -aunque sí la más numerosa- cometida por desquiciados con una pistola en la mano. Y no sólo son conciertos los escenarios de sangre sino escuelas, calles, centros de trabajo y doquiera.
Aun con eso, las armas y sus defensores dominan la clase política estadounidense. La poderosa Asociación Nacional del Rifle (ANF) costea campañas y candidatos, como lo hizo con el actual presidente Donald Trump, así que esto no se acabará. El tener una pistola y disparar contra el prójimo es parte de la cultura gringa, pero en el pecado llevan la penitencia.
Y como dicen los abuelos del pueblo: las armas las maneja el diablo. Ahí, en Las Vegas, están los resultados más recientes.