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Bomberos, un negocio familiar

Superiberia

córdoba.- El H. Cuerpo de Bomberos es una de las asociaciones civiles más importantes de Córdoba, dirigida por el Mayor Abraham Aíza Ávalos, quien ingresó a los Bomberos de Córdoba en 1974, y desde entonces controla decisiones, operaciones y la administración del organismo. 

 

Actualmente, el Cuerpo de Bomberos de Córdoba cuenta con un personal promedio de 50 elementos  entre oficiales, cadetes, bomberos y operadores, de los cuales sólo cinco se consideran empleados del organismo, y el resto son voluntarios.

 

Sin órgano directivo dada la renuncia de los integrantes del Patronato, los Bomberos de Córdoba dependen totalmente del interés que mantiene a Abraham Aíza al frente. El Mayor, a sus 83 años de edad, se ve imposibilitado de cumplir adecuadamente con el encargo.

 

¿Qué maneja Aíza? Maneja una corporación vieja, cansada y colmada de ineficiencia e ineficacia, pero que le reditúa beneficios económicos a él y a su familia. Pero además, la edad promedio de los bomberos a cargo del Cuartel, de la atención al público y a las llamadas de emergencia, supera los 80 años de edad.

 

El segundo al mando, el Capitán José Luis Martínez Arreola, tiene ya 83 años y está al frente todo el día de la actividad de Bomberos.

 

El Teniente Arturo Juárez Chimal, cansado y con un carácter que superó su etapa de servicio social, tiene cerca de 80 años de edad. 

 

¿Qué sucede entonces? Sucede que el Cuerpo de Bomberos de Córdoba se ve rebasado por las necesidades de la población. Ante la posibilidad de una emergencia, Córdoba no cuenta con elementos confiables para su atención. 

 

Y se han dado casos, según nos platican los propios Bomberos, en que han decidido, de acuerdo con el Mayor, ni siquiera acudir a las emergencias. El caso más recordado sucedió en 2013, cuando fueron requeridos para atender el incendio de un camión de pasajeros en la cercana Cuitláhuac, y simplemente no se atendió el servicio. 

 

En ese accidente murieron, calcinados, cinco personas que no tuvieron oportunidad de auxilio por parte de los Bomberos cordobeses. Y hay más casos.

La conversación con el Capitán José Luis Martínez nos revela que por las noches, se han encontrado con que el teléfono de la Central se deja descolgado toda la noche, ¡para poder dormir!  

 

En las entrevistas realizadas surgen también las satisfacciones de muchos años de servicio a la ciudad, pero son más las quejas y lamentaciones. La más importante tiene que ver con dinero: “¿Por qué permiten que nos sigan robando el agua para venderla a través de la empresa de la hija del Mayor”? Bomberos tiene pipas y ofrece el servicio de venta de agua, pero de cada 10 llamadas para este servicio, 8 son canalizadas a “Transporta Agua”, la empresa de Elvia Aíza, hija del Mayor. Durante todo el día, las pipas de esta “empresaria”, están en el Patio de Maniobras, esperando cliente y negocio. 

 

Los ingresos de esta “empresa” podrían superar los 200 mil pesos mensuales, que a los Bomberos no les llegan, y que ¡les urgen!

La molestia hacia esta situación, que de suyo es corrupción y robo de agua (recordemos que el Ayuntamiento decidió no cobrar el servicio de Agua Potable a los Bomberos), es mayor cuando se sabe que para realizar el robo, la “empresaria” y su papá cuentan con el beneplácito del alcalde Tomás Ríos, quien tolera esta situación.

 

Con la esperanza de provocar un cambio, nos comentan también que antes, las campañas de captación de fondos eran muy buenas.¿Qué pasó? ¿Por qué la gente dejó de apoyarlos? Casi en susurro, nos dicen que hubo un año muy bueno, en que los ingresos de la campaña rebasaron los 800 mil pesos. Pensaron entonces que ya podrían renovar trajes y equipos o parte de ellos, pero al día siguiente de terminar la campaña, de la cuenta de Bomberos se sacó un cheque de 550 mil pesos. Ese mismo día, una hija del Mayor Aíza estrenó una camioneta de lujo.

 

La manera patrimonialista de manejar la corporación, la está llevando a problemas muy serios.

 

Porque si el personal a cargo está “viejo y cansado”, las instalaciones tampoco son mejores. Contando con apenas lo necesario para realizar guardias, clases de capacitación y prácticas, las instalaciones se pueden calificar como obsoletas y descuidadas. Desde la entrada, el recibidor es centro de atención para las llamadas de auxilio y sala de espera donde se encuentran preparados los deteriorados uniformes y equipos.

 

Luego, la oficina principal, con un escritorio vacío la mayor parte del tiempo, otra mesa más pequeña y austera, corresponde al Segundo al mando, José Luis Martínez Arreola, quien nos comenta que es el encargado permanente de atender las necesidades del lugar, siempre sometido a las órdenes del Mayor, y quien normalmente está en su lugar durante todo el día. 

 

* Continuaremos 

mañana con más datos.

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