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Biocombustibles, el futuro de México

Superiberia

Córdoba.- Usando de manera adecuada los biocombustibles, México puede contribuir a resolver los problemas globales de contaminación y jugar un papel de liderazgo mediante el uso responsable de sus recursos.

En 2015, autoridades mexicanas firmaron el Acuerdo de París, cuyo objetivo central es reducir la emisión de gases de efecto invernadero a nivel mundial.

Un mecanismo eficaz es producir combustibles a partir de cultivos sustentables, en particular la caña de azúcar, cuyo proceso de producción es relativamente sencillo, porque el endulzante ya sale directamente de la caña y se puede fermentar, procesar y destilar.

El combustible de la caña de azúcar, llamado etanol, espera llegar a reducir en más del 50 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a la gasolina.

Si México produjera suficiente etanol de caña de azúcar podría exportarse a Estados Unidos.

La Ley de Bioenergéticos fue promulgada en el 2008, pero hasta el año 2017 se ejecutará.

La entrada de México a las Energías Limpias o Biocombustibles inició este año, por lo que los proveedores de etanol y el Gobierno Federal están trabajando en los lineamientos de este nuevo combustible, que impactará de manera favorable en el medio ambiente, así como en los costos competitivos.

Con esto, México tiene la oportunidad de poder diversificar sus fuentes de energía y no depender solamente del petróleo o de las fuentes fósiles. La Norma Oficial Mexicana 016 (NOM 016), que aparece como un transitorio dentro de la Ley de Bioenergéticos, indicó que “su principal objetivo es establecer los parámetros y las condiciones para las gasolinas, y establecer la calidad de las gasolinas que nosotros tenemos…”.

La Comisión Intersecretarial para Bioenergéticos diseñó pruebas piloto, que consistieron en probar cómo el etanol podría ser introducido para uso vehicular cotidiano y cuáles eran los efectos que tiene, sobre todo en los vehículos.

El antecedente de la última licitación tiene su base en pruebas piloto que se realizaron en Cadereyta, a niveles locales en el laboratorio y de ahí surge lo que se conoce como Prueba de Concepto.

Esa Prueba tuvo una licitación, hubo cuatro ganadores de este estudio, que principalmente van a trabajar en Veracruz, San Luis Potosí y Tamaulipas, y la misión es poder suministrar de manera cotidiana en las estaciones de servicio una gasolina con una concentración del 6 por ciento de etanol.

Esto va a beneficiar a Veracruz, pues es una importante zona productora de caña de azúcar.

Por ello, los biocombustibles pueden jugar un papel destacado en este esfuerzo, pero es importante que su producción y uso se apeguen a estrictos criterios de sustentabilidad.

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