Berlín.- La renuncia del Papa sorprendió a casi todo el mundo, pero Joseph Ratzinger pasará a la historia “como uno de los papas más solos”, aseguró su biógrafo, el alemán Andreas Englisch.
“Nunca mantuvo una buena relación con la curia romana. Siempre se quejaba, también en cartas escritas de que se sentía solo, y de que tenía la sensación de que en la Iglesia muchas personas trabajaban en contra de él”, indicó.
Benedicto XVI lo dejó todo preparado y se comprometió en que la elección del nuevo Papa fuera llevada al cabo lo más rápido posible, en particular le preocupaba que el nuevo Papa estuviese suficientemente preparado para el día mundial de los jóvenes en Río el próximo verano.
Refirió que la noticia de la renuncia “no me sorprendió por el hecho de que se retirara. Pero sí, me sorprendió el momento”.
El biógrafo reconstruyó la semana laboral del Santo Padre: siete días de trabajo semanales, levantándose a las seis y acostándose a las 10 de la noche, “para un hombre en sus 80 años, es simplemente demasiado”.
Recordó el juicio del Papa en los últimos meses de su predecesor Juan Pablo II: “Cuando un Papa ya no tiene las fuerzas para seguir, tiene que dimitir”, decía ya entonces el cardenal Ratzinger.
Englisch admitió que las presiones por las varias fuerzas contrastantes presentes en la Iglesia, tal y como el duro golpe del escándalo “Vatileaks” jugaron algún tipo de papel en su decisión.
La dimisión de Benedicto XVI pone según el experto algunas cuestiones fundamentales: por ejemplo el hecho de que, una vez retirado, seguirá siendo Papa, y cabe preguntarse si verdaderamente no influenciará más las decisiones.
Acerca del próximo Papa, dijo que todo girará en torno a una cuestión: “si los italianos lograrán hacerse con la silla o no. Personalmente, creo que no”.
Entre los candidatos favoritos, se encontraría un australiano, George Pell, quien tiene “una muy buena reputación” y encarnaría “una señal muy positiva para la globalización”.
Agencias