Córdoba.- La Catedral de la Inmaculada Concepción lució diferente la mañana de ayer. Hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos llevaron su palma desde temprano para que fuera bendecida por el Obispo de Córdoba en una de las tradiciones bíblicas que más ha perdurado en el tiempo.
Los feligreses partieron de la iglesia de San Sebastián a las 10:30 de la mañana para conmemorar un célebre pasaje del Evangelio: la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, aclamado por la muchedumbre y recibido como hijo de Dios con palmas y ramos de olivo.
En medio de cantos y oraciones, cientos de cordobeses recorrieron las principales calles de la ciudad durante la Procesión de los Ramos, que se prolongó hasta la Catedral para asistir a la misa ofrecida por el Obispo Eduardo Patiño Leal. “Este día recordamos la infinita misericordia de Jesús por su bondad y entrega en la Cruz”, dijo.
Los sacerdotes lucieron el rojo del adviento en su vestimenta como parte de la festividad. A diferencia de otros domingos, se pudo ver una mayor cantidad de feligreses participando en el inicio a la Semana Mayor. En general, los católicos presentes en la Catedral mostraron su devoción al buscar la palma bendita para posteriormente llevarla a sus hogares y dar la bienvenida al Hijo de Dios.
Alejandro Pelaez
El Buen Tono