Orizaba.- Este 14 de junio se conmemoran 154 años de la Batalla del Cerro del Borrego, misma que marcó el punto de inflexión entre la victoria conseguida en Puebla el 5 de Mayo y la instauración de Maximiliano en el Gobierno mexicano.
La colina donde fueron vencidos los mexicanos en 1862 sigue de pie, escenario de una sangrienta e histórica fecha donde la indolencia Nacional los puso a los pies del enemigo. De acuerdo a la historia, los soldados mexicanos se durmieron en la víspera de la batalla, sin apostar guardias, por lo que fueron derrotados.
Armando López Macip, miembro de la Academia Nacional de Historia y Geografía, habló en conferencia en el Museo de Arte del Estado de Veracruz (también escenario de dicho suceso) de lo ocurrido aquel 13 de junio en el cerro del Borrego.
Antes de que las tropas francesas llegaran a Puebla, hubo una batalla en las cumbres de Acultzingo, donde pudieron haberlos derrotado. Según dijo, ahí los extranjeros estaban aterrados; sin embargo, la pasividad de los mexicanos retardó dicho acontecimiento. Charles Ferdiland Latrille, conde de Lorencez, comandaba al Ejército de Francia. La intensión del General, Ignacio Zaragoza era “echarlos al mar”, pero los franceses se refugian en la ciudad de Orizaba, pues el clima era benigno para los extranjeros.
Ignacio Zaragoza quien ya conocía la ciudad, planeó tomar Orizaba por La Garita de la Angostura (Hoy los Arcos). Ahí pasaba un arroyo, el cual ya no existe y era el único paso para esta zona, pues por un lado estaba el cerro del Borrego y por el otro barrancas y el río Blanco. Ignacio Zaragoza venía con 15 mil hombres y Jesús González Ortega con otros 3 mil combatientes; los franceses ya habían ocupado Orizaba; lo que es ahora La Alameda fue el corral de su caballería, el ex oratorio de San Felipe Neri (Hoy Museo de Arte del Estado) fue su hospital de sangre, el templo de San José y del Carmen, fueron sus cuarteles.
José María Naredo, describe que el pueblo de Orizaba estaba preocupado por la guerra. Era pleno mes de junio, el cerro del Borrego estaba sin árboles – fue reforestado hasta el año de 1980- la visibilidad de la montaña desde el poblado era.
Desde San Agustín del Palmar, Jesús González Ortega envía una intimidación a los franceses, pero ellos la ignoran; luego, desde la hacienda de Tecamalucan, Ignacio Zaragoza envía un ultimátum al conde de Lorencez para que se retire de Orizaba, parta a Veracruz y regrese a Francia, lo cual tampoco surtió efecto.
De los 6 mil franceses hospedados en la ciudad, 2 mil salen a Veracruz por la falta de provisiones, en número eran menos. Zaragoza acampa en terrenos de lo que ahora es Río Blanco, a un kilómetro de La Garita de la Angostura. Orizaba, rodeada de cerros, protegida de forma natural, espera ya la batalla.
El 13 de junio los franceses se preparan para defender la plaza, refuerzan sus acciones militares en el templo del Carmen (Hoy el Obispado); las tropas de Jesús González suben el cerro por el lado del pueblo de Jesús María (Mariano Escobedo) por la parte ahora conocida como Tlachichilco.
López Macip contó que una indígena, observó las maniobras de Jesús González y avisó al conde de Lorencez. Por lo pesado de la artillería, la tropa mexicana llega a la cima del cerro y tomó un descanso.
Los mexicanos se durmieron y por descuido de Jesús González no se apostaron guardias. Fueron sorprendidos por 150 franceses que subieron a luchar contra ellos, fue una noche sin luna, la obscuridad y confusión reinó en esa batalla, sigilosamente los franceses se apoderaron de los cañones y dispararon contra los mexicanos. Mueren 250 mexicanos, 100 de ellos desbarrancados del cerro. “Fue una desgracia para México, fue la masacre del cerro del Borrego”, dijo López Macip.