Durante la representación de la Última Cena, parte del tradicional Viacrucis en el barrio de San Miguel, Celaya, un ataque armado interrumpió de forma abrupta la ceremonia, dejando como saldo un hombre muerto y una mujer gravemente herida.
Ataque en plena celebración religiosa
Los hechos ocurrieron la noche del Jueves Santo, cuando actores y fieles escenificaban el pasaje de las Tres Caídas sobre la calle Diego Rivera. Cerca del final de la representación, al menos dos disparos rompieron la calma del lugar, desatando el pánico entre los asistentes. “Fue muy feo, todos gritaban, no sabíamos de dónde venían los balazos”, relató una testigo.
Disparo directo contra los asistentes
De acuerdo con Bernardo Rafael Cajero Reyes, director de la Policía Municipal, un hombre armado se acercó al sitio y disparó contra dos personas que se encontraban entre el público. Las víctimas, un hombre de 47 años originario de Celaya y una mujer que visitaba la ciudad, recibieron impactos de bala en la cabeza mientras se retiraban del lugar.
Ambos fueron atendidos por paramédicos y trasladados de urgencia a un hospital. Más tarde se confirmó la muerte del hombre, mientras que la mujer permanece en estado crítico. Medios locales señalan que podrían haber sido pareja, aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente.
Continúan los actos religiosos bajo medidas de seguridad
A pesar de la tragedia, la organización religiosa del barrio de San Miguel Arcángel decidió continuar con las actividades programadas para el Viernes Santo, en coordinación con la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
A través de un comunicado difundido en redes sociales, el grupo organizador expresó su pesar por lo ocurrido y reiteró su compromiso con la comunidad:
“El cuadro artístico del Barrio de San Miguel Arcángel lamenta profundamente los hechos ocurridos durante la representación de la Última Cena. Elevamos nuestras oraciones por la seguridad de todos en esta ciudad”.
El sacerdote José Alfredo Picón respaldó la decisión de continuar con el Viacrucis, destacando que “la fe y la tradición pueden ser una forma de resistencia ante la crisis social”
