Cd. de México.- Históricamente, los azucareros son grandes donatarios de fondos para los partidos políticos, de uno y de otro bando, así como para el apoyo de candidatos a puestos de elección popular, desde la Presidencia, la Senaduría y para las diputaciones, sobre todo de los Estados productores.
Según la American Sugar Alliance (ASA), los candidatos y sus partidos deben estar al tanto de temas como dónde se produce el azúcar, cómo los subsidios al azúcar por parte de la mayoría de los países productores “destruyen el mercado”, como el Big Candy, como llaman los líderes azucareros a los grandes conglomerados productores de golosinas, chocolates, alimentos, se benefician de un precio del azúcar “estable”, y a pesar de ello, han obtenido ganancias extraordinarias al subir sus precios
al público.
Las organizaciones de productores de la ASA también difunden entre la clase política la idea de que la famosa Sugar Policy es un éxito porque no le cuesta al erario público.
Así como muestran gráficas con las que sostienen que el precio del azúcar al consumidor es de los más bajos del mundo.
La forma en que el Gobierno controla el mercado se da de la siguiente forma, de acuerdo a los industriales de alimentos y a diferentes analistas:
1. Fijando cuotas de producción a los productores locales, 2. Estableciendo cuotas de importación a países productores según el acuerdo con la Organización Mundial de Comercio, 3. Mediante un programa gubernamental de pago con producto de los créditos “blandos” otorgados por el Gobierno en caso de que el precio local esté por debajo de los precios mínimos de garantía fijados por el USDA, y, 4. El logro reciente de haber logrado establecer cuotas de importación y precios mínimos a México.
