Michoacán.- A los miembros de los grupos de autodefensa del municipio de Los Reyes, en Michoacán, negarse a pagar extorsiones a la delincuencia organizada les está costando su aislamiento. Asimismo, sufren los estragos de las prácticas de la delincuencia del crimen organizado como el pago a delincuentes para que los dejen vivir sin consecuencias. También padecen por la complicidad entre autoridades y delincuentes. “Almuerzan y hacen vida social juntos”, acusa uno de los purépechas que habló en conferencia.
Los comuneros, quienes en su mayoría viven en la serranía Purépecha, a inicios de año recibieron amenazas de grupos delincuenciales de que debían pagar 2 mil pesos por hectárea productiva o, en su defecto, serían ejecutados.
Las amenazas pasaron a los hechos cuando desaparecieron al comunero Roberto Serrano Cervantes, de quien no saben nada. Entonces fue cuando decidieron cuidarse a sí mismos, porque no confían en los policías municipales ni en los estatales.
La semana pasada marcharon frente al Palacio Municipal para protestar por la situación, pero la delincuencia organizada masacró a cinco de los manifestantes. “Pasaditas las 11 los asesinaron a sangre fría a los compañeros”, dijo uno de los nueve comuneros que ayer ofreció una conferencia conjunta en el Centro Pro de Derechos Humanos.
A él le tocó ver de cerca la masacre del 22 de julio, en la que un número indeterminado de hombres llegaron en camionetas y dispararon 104 tiros. Desconocen a cuál grupo pertenece la delincuencia que los azota, pero tienen la certeza de que están apoyados por policías municipales y estatales. Es por eso que vinieron al Distrito Federal para pedir la ayuda del Gobierno federal. Piden que les preste la misma atención que a la región de Tierra Caliente, en el mismo estado.