Las autoridades de la localidad californiana de Perris reconocieron hoy estar aún intentando comprender qué motivos pudieron llevar a David Allen Turpin y a Louise Anna Turpin a encerrar a sus trece hijos en casa y a llegar al extremo de encadenar a tres de ellos.
Los vecinos de Perris, a 110 kilómetros al este de Los Ángeles y con su alcalde Michael Vargas a la cabeza, se han declarado devastados después de que este lunes las autoridades descubrieran los terribles sucesos que se escondían tras las paredes del domicilio de los Turpin.