Córdoba.- Las agresiones físicas, el abuso sexual y el maltrato psicológico al que se somete a los menores puede prevenirse, siempre y cuando se trabaje desde el hogar en la enseñanza de valores y responsabilidad.
El cuidado de los infantes es una tarea exclusiva de los padres que en determinado momento se puede apoyar de programas gubernamentales y educativos para la crianza de los menores.
De acuerdo con el último reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupaba ya el primer lugar a nivel mundial en abuso sexual, violencia física y homicidios de menores de 14 años, al registrar un promedio de 4.5 millones de niñas y niños víctimas de abuso sexual, aunque el mismo informe da pauta a la existencia de un subregistro de casos debido a que únicamente el dos por ciento de los casos se conocen en el momento que se presenta el abuso.
DETIENEN A PEDERASTAS
Durante el fin de semana personal de la Fiscalía Regional con sede en esta localidad realizó la detención de una pareja por presunto abuso sexual de dos menores de edad: Una de ellas hija de la pareja y otra más vecina de la familia con problemas de autismo. Con ellos suman 10 casos de detenciones por esta causa.
QUEJA POR SEMANA
En entrevista previa, el procurador de la Defensa del Menor, Niñas, Niños y Adolescentes del DIF de Córdoba, Alan Jesús Campo López, negó la existencia de casos de denuncias por abuso sexual a menores de edad -ante la dependencia municipal-, aunque reconoce que por semana se recibe al menos una queja real de abuso físico u omisión de cuidados en contra de un menor de edad, hasta el mes pasado sumaban cinco casos de infantes retirados de sus hogares.
EDUCACIÓN ES FUNDAMENTAL
De acuerdo con el presidente de la Asociación Nacional de Padres de Familia (ANPF), Ramiro Téllez Juárez, cuando suceden casos de abuso sexual o de cualquier otro tipo en contra de los hijos, es el resultado de una mala crianza, es decir, que los padres de esas malas figuras son el resultados de otros que supieron cómo educarles.
Explica que la educación de un hijo no empieza desde el momento de su nacimiento, sino por el contrario 20 años antes “con la educación de nosotros mismos”, por lo que se debe entender que ante casos de agresiones por los propios padres”son hijos de padres que no supieron educar”.
“En la sociedad que nos ha tocado vivir es normal que los padres no sepan educar, nos preocupamos más por aspectos económicos o profesionales y sociales más que la educación de los hijos, preferimos dejarlos en mano del maestro o al responsable de la guardería”.
Los nuevos estilos de vida que obligan a ambos padres a buscar el desarrollo laboral ya sea como proyecto personal o por necesidad para apoyar en los gastos de la familia, insiste, generan un desprendimiento en la educación y apego de los hijos, ocasionando un incremento de casos de abuso de los propios padres.
RÉPLICA DE CONDUCTAS
Desde el aspecto psicológico, la especialista Jacqueline Anguiano Cantú reconoce la existencia en la repetición de conductas y normas aprendidas desde el hogar.
Explicó que cuando un menor es expuesto a situaciones de violencia, agresiones, abusos y no recibe el trato o atención necesaria para su recuperación se debe esperar que cuando este llegue a su edad adulta repita los mismos factores.
“Estamos hablando que si un niño fue abusado o golpeado durante su infancia y no se le apoya, es muy posible que cuando crezca se convierta en un agresor, repitiendo las mismas conductas de las que él fue víctima”, dijo.
FALTA DE RECURSOS NO SIGNIFICA ABANDONO
Ante los casos de familias integradas por más de tres personas , donde los ingresos de los padres les obligan a buscar otras medidas para el sustento diario, el presidente de la ANPF insiste se debe considerar como casos del mismo género: irresponsabilidad paterna.
Según dijo aunque se emplee como medio para la explotación infantil la necesidad, se trata de casos donde el padre no fue educado para ser responsable, a parte que no les gusta trabajar y mandan a sus hijos a realizarlo.
