Aumenta la mendicidad en cruceros de la ciudad

Córdoba.- Las personas que se autoemplean, cada día van en aumento en los cruceros viales de la ciudad, y es que la falta de estabilidad económica es la que los empuja a ello.

 

“Cada día hay más competencia, aquí en este y los demás semáforos, ya hay muchos que venden o piden y así no se puede”, comentó con un dejo de picardía, “Óscar”, un payasito que se ubica todos los días en la calle 10 y avenida 11.

 

Y tiene razón, pues cada día son más los cruceros viales, en los que se encuentran personas que venden de todo, plumas para los limpiaparabrisas, hasta juguetes, lámparas diversas, material didáctico, dulces, llaveros y más.

 

Aparte habrá que observar a los malabaristas, tragafuegos, payasos y a los limpiaparabrisas, quienes con la clásica botella de agua enjabonada, acuden inmediatamente, en cuanto se pone roja la luz del semáforo, a limpiar los cristales del automóvil.

 

Los pronósticos fallaron y en el centro de la ciudad, con todo y parquímetros, los “viene, viene”, subsisten y al momento de pretender aparcar tu vehículo, inmediatamente aparece una persona (con franela en mano y cubeta de agua en la otra), ayudando a estacionarse mejor, para luego ofrecer servicio de vigilancia, mediante la frase “ahí le echo un ojito patrón” y de “lavado de auto”, argumentando “se lo dejo limpiecito”, ambos servicios por módicas monedas, “lo que sea su voluntad jefa”.

 

Doña Valeria, comerciante de la calle 7, platico que antes este tipo de autoempleos era común entre los “chamacos”, aunque hoy día, les hacen competencia, hombres y mujeres maduras, que de esta manera buscan la forma de irse ganando la vida, ante la imposibilidad de encontrar un trabajo estable que les proporcione una manera digna de vivir.

 

“Estas personas no se pueden enfermar, no pueden faltar a sus labores, porque no pueden dejar de percibir las monedas que llegan a recoger día a día y que representa el total de sus ingresos y con lo que cuentan para satisfacer todas sus necesidades”, expresa Doña Valeria, quien considera que cada vez veremos más gente en los cruceros buscando la manera de vivir, en tanto no haya más fuentes de trabajo.