Por: Andrés Timoteo / Columnista
ATOLE CON EL DEDO
A los inocentes pobladores de la zona Centro, específicamente los que utilizan la autopista Córdoba-Fortín, que llevan años pidiendo la eliminación de la caseta de peaje misma que eleva los costos de todo, desde mercancía hasta del transporte público, literalmente les dieron ‘atole con el dedo’ los políticos que ahora ostentan cargos de Gobierno y de representación popular.
Todos, los diputados locales y federales de la zona -los distritos de Córdoba y Orizaba, sobre todo- prometieron en campaña que realizarían las gestiones suficientes para eliminar dicha caseta ubicada a la entrada de Fortín de las Flores. Fue de sus principales banderas para convencer a los electores de la región.
Juan Martínez Flores de Córdoba y Dulce María Villegas Gallegos de Orizaba prometieron enarbolar desde San Lázaro la petición de los empresarios de la zona Centro para liberarlos de esa carga tributaria. A nivel local también lo hicieron el diputado cordobés al igual que Augusto Álvarez Pellico de Orizaba y María Candelas Francisco Doce de Ciudad Mendoza.
Ninguno de esos cinco legisladores movió un dedo para cumplir su compromiso, ya no se diga de los plurinominales. La caseta de peaje de Fortín de las Flores no se moverá y quedará por los siglos y de los siglos, de acuerdo con lo dicho por el secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco, el pasado viernes durante su comparecencia en el Congreso local por la glosa del Primer Informe de Gobierno.
El funcionario aseguró que ni esa garita en la autopista Córdoba-Fortín ni la de Xalapa Veracruz, ubicada a la altura de La Antigua, se eliminarán al menos por la siguiente década pues de hacerlo se tendría un costo financiero muy elevado para la entidad. Tan solo quitar el peaje de La Antigua conllevaría que el Gobierno estatal indemnice por 3 mil millones de pesos a la empresa concesionaria.
De plano Lima Francos tachó como “inviable” las demandas de los pobladores de la zona Centro y, por supuesto, de irrealizable la promesa que los políticos hicieron en la campaña electoral. ¿Qué les dirán a sus electores Juan Martínez, Dulce María Villegas, Augusto Álvarez y María Candelas Francisco? Son tan caradura que ni siquiera les ofrecerán una disculpa pública por haberlos engañado con ese ‘atole electoral’.
LOS CASTIGADOS
Hablando de legisladores, la noticia del día fue la expulsión de las filas del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) -partido al que también pertenecen los que engañaron a los habitantes de la zona Centro con la eliminación de la caseta de peaje en Fortín de las Flores- de los diputados locales, Magdaleno Rosales Torres del distrito de Medellín de Bravo, Jessica Ramírez Cisneros de Minatitlán y ¡oh sorpresa!, de Augusto Álvarez Pellico de Orizaba.
Ellos fueron sancionados por la Comisión de Honor y Justicia del partido por haber denunciado a funcionarios estatales y a sus propios homólogos en el Congreso Local de cometer irregularidades, emitir amenazas, desviar recursos públicos y atentar contra los postulados de “no mentir, no robar y no traicionar”. Además de que a inicios de la Legislatura estatal intentaron formar su propia bancada independiente de la oficial de Morena.
Y en el desquite partidista sucedió lo contrario, ellos fueron los castigados y no a los que acusaron incluso de cometer fraudes en las asambleas distritales de Morena. De confirmarse la expulsión -todavía tendrá que apelar a los tribunales jurisdiccionales para revertirla- entonces a los tres les cancela la posibilidad de buscar las candidaturas a las presidencias municipales de Medellín, Minatitlán y Orizaba, respectivamente.
Sin embargo, como todo es dual también Morena pierde tres curules porque los cargos de elección popular son irrenunciables así que, si los expulsados de la militancia no quieren dejar las diputaciones para que suban sus suplentes, nadie podrá obligarlos. Es más ahora sí podrían formar una bancada propia o en su caso unirse a otra.
No hay que perder de vista que en días pasados la fracción parlamentaria de Acción Nacional se dividió y los panistas rebeldes formaron otra con nueve integrantes. Allí podrían encontrar acomodo los castigados de Morena. No cabe duda que mientras algo es para algunos una desgracia política para otros es oportunidad de revancha y el fallo de la Comisión de Honor y Justicia del partido marrón le generó tres opositores más al morenismo aldeano.