Córdoba.- Un total de 28 nuevos casos de niños enfermos de cáncer son atendidos entre el Hospital Regional de Río Blanco y el General Regional del IMSS No.1.
Aunque no se puede asegurar su causa, se cree que en la mayoría de los casos son el resultado de exposiciones a factores externos como plaguicidas.
El 80 por ciento de los pacientes corresponden a las zonas cañeras y cafetaleras del Centro del Estado.
En el marco del Mes de la Concientización sobre el Cáncer Infantil, que se conmemora en septiembre, ayer médicos de los centros de Salud y hospitales de la Jurisdicción Sanitaria Número 6, fueron capacitados en la detección oportuna de la enfermedad.
El oncólogo pediatra Victor Hugo Cabrera García, informó que en lo que va de este año, se han registrado 22 nuevos casos en el Hospital de Río Blanco, a la fecha hay 65 en tratamiento y en etapa de vigilancia.
El IMSS tiene un registro de seis ingresos y 35 pacientes, entre niños de 2 a los 18 años.
Del total, 15 menores ya fueron enviados a vigilancia en ambas instituciones de Salud, por espacio de cinco años para detectar el regreso de la enfermedad, mientras que seis fueron dados de alta.
Los principales tipos de cáncer que presentan son: leucemias agudas, linfomas y tumores de partes blandas, así como del sistema nervioso central.
El especialista señaló que las estadísticas mantienen los casos dentro del promedio anual, las zonas cafetalera y cañera del Estado, desde Huatusco hasta Omealca, se mantienen como los municipios que mayor cantidad de pacientes refieren a los hospitales por cáncer infantil.
Aunque no se tiene una base científica que avale las especulaciones, se cree que los casos registrados son resultados de una exposición a factores externos como pesticidas, herbicidas, entre otros.
El cáncer no se considera dentro de las enfermedades heredadas, por tratarse de un padecimiento que se origina en las propias células de cada paciente, aunque existen algunos casos mínimos donde las condiciones genéticas intervienen.
En caso de que el menor presente anemias constantes, palidez, fiebres recurrentes, hemorragias, moretones, dolores de cabeza matutinos, vómitos, dolor de huesos, se deben considerar focos rojos.
Ante cualquier sintomatología de sospecha, deben acudir al médico para la revisión del menor. Lo fundamental es creer en la palabra de los niños cuando manifiestan dolor y atenderlos.
