AGENCIA
Kabul.- Al menos 20 personas murieron en un atentado suicida hoy viernes en un centro de formación para estudiantes en Kabul, en un barrio donde vive la minoría hazara, escenario de algunos de los ataques más mortíferos en Afganistán en estos últimos años.
“Los estudiantes se estaban preparando para un examen cuando un atacante suicida se hizo estallar en el centro educativo”, dijo Khalid Zadran, portavoz de la policía; 20 personas murieron y otras 27 resultaron heridas.
La Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (MANUA) indicó que, “según la información de que disponía, al menos 24 personas murieron y 36 fueron heridas”. Un balance que, advirtió la fuente, podría aumentar.
Según un estudiante que se encontraba en el centro cuando se produjo la explosión, “la mayoría de las víctimas son chicas”. Unos 600 estudiantes se encontraban en el establecimiento, que prepara a los alumnos para los exámenes universitarios.
“Pocos chicos fueron alcanzados porque se encontraban en la parte trasera de la clase y el kamikaze entró por la puerta de delante, donde las chicas estaban sentadas”, declaró un alumno, Ali Irfani.
Este último afirmó que, en primer lugar, escuchó disparos. El kamikaze mató a dos conserjes antes de entrar en el aula, precisó; en la zona fueron desplegados equipos de seguridad, mientras las familias acudían a los hospitales para buscar a sus allegados.
En al menos un hospital, los talibanes obligaron a las familias a abandonar el lugar, por temor a un nuevo ataque contra la multitud.
“No la encontramos aquí”, dijo muy nerviosa una mujer, que buscaba a su hermana en uno de los centros. “Tenía 19 años”. “La estamos llamando pero no contesta”, explicó desesperada.
“Atacar objetivos civiles demuestra la crueldad inhumana del enemigo y la falta de estándares morales”, dijo el portavoz del Ministerio de Interior, Nafy Takor, en Twitter.
El regreso al poder de los talibanes a Afganistán puso fin a dos décadas de guerra en el país y provocó una notable reducción de la violencia, aunque los retos de seguridad siguen acechando al movimiento islamista.
Los chiitas hazaras arrastran décadas de persecución, también de los talibanes, acusados de atrocidades contra esta etnia en su primer periodo en el poder (1996-2001).
Ahora, los hazaras también son blanco recurrente de los ataques del principal enemigo talibán, el grupo islamista Estado Islámico (EI).