Agencias
En 1821, al momento de su independencia, México contaba con una extensión territorial de aproximadamente 4 millones 400 mil kilómetros cuadrados. Sin embargo, en las décadas posteriores, el país sufrió una serie de pérdidas territoriales que redujeron significativamente su tamaño.
Entre 1821 y 1853, México perdió más de dos millones 500 mil kilómetros cuadrados de su territorio original. Estos recortes incluyeron la cesión de Texas en 1836, la cual representó una considerable porción del norte del país.
Posteriormente, entre 1846 y 1848, México se vio obligado a ceder prácticamente la mitad de su territorio a Estados Unidos como resultado de la guerra entre ambas naciones. Finalmente, en 1853, México se vio forzado a vender La Mesilla, una franja de casi 80 kilómetros cuadrados al sur de los actuales estados de Arizona y Nuevo México.
Estas pérdidas territoriales, que en conjunto representaron más de la mitad del tamaño original de México, tuvieron un impacto significativo en la historia y el desarrollo del país. La reducción de su extensión geográfica marcó un hito en la evolución de la nación mexicana y su relación con sus vecinos.