Xalapa.- Gregorio Jiménez de la Cruz, reportero de la fuente policiaca de los periódicos Notisur y Liberal del Sur, fue encontrado muerto en una casa de seguridad en el municipio de Las Choapas, en donde sus victimarios inhumaron su cuerpo en una fosa clandestina, localizada ayer por fuerzas militares y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Al dar lectura a un comunicado, el titular de la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJ), Amadeo Flores Espinosa, dijo que, de acuerdo con la investigación ministerial 4/058/2014, Goyo fue asesinado por mantener “diferencias personales y familiares” con Teresa de Jesús Hernández Cruz, dueña del bar El Mamey y presunta autora intelectual del homicidio del periodista veracruzano.
El antro, recordaron amigos de Goyo, también servía como casa de seguridad para resguardar a migrantes centroamericanos y Jiménez de la Cruz habría denunciado el hecho en los medios policiacos en donde trabajaba, pues era común en el sur de la entidad, hacer notas sobre secuestro y liberación de indocumentados.
Con el homicidio del reportero de Notisur y Liberal del Sur, de 46 años, la actual administración priista carga una pesada losa de 10 reporteros asesinados en los 38 meses del sexenio de Javier Duarte -entre ellos Regina Martínez, corresponsal de Proceso asesinada el 28 de abril de 2012-, además de dos comunicadores aún desaparecidos: Gabriel Fonseca, del Diario de Acayucan y Liberal del Sur, y Sergio Landa, del Diario de Cardel.
En un escueto comunicado, Amadeo Flores indicó que hay tres autores materiales confesos y detenidos: José Luis Márquez Hernández -líder de una célula delincuencia-, Santiago González y Antonio Pérez Herrera.
El fiscal veracruzano agregó que hay otras cinco personas involucradas en el homicidio de Jiménez de la Cruz, quienes son buscados en la congregación de Villa Allende, en Coatzacoalcos, y en el municipio de Las Choapas.
El cuerpo de Goyo fue hallado en una fosa clandestina localizada en la colonia El Rosario, de Las Choapas, junto con los cuerpos del taxista Ernesto Ruiz Guillén, “El Come tierra”, y uno más, sin identificar aún.
Las Choapas se ubica a 450 kilómetros al sur de esta capital, y esta región destaca por el tránsito fluido de migrantes centroamericanos y por la presencia de grupos delincuenciales, entre ellos Los Zetas y escisiones de la Mara Salvatrucha.
Cerca del mediodía, Carmela Hernández, esposa de Goyo, y Benita González, representante de la Comisión Estatal para la Atención de Periodistas (CEAP), fueron trasladadas de emergencia en una aeronave de la congregación de Cánticas, en el municipio de Minatitlán, a la capital del estado.
El rumor que corrió en ese momento fue que Gregorio Jiménez había sido hallado con vida. Incluso, la información fue confirmada erróneamente por el diputado local y empresario periodístico Eduardo Sánchez Macías, sin embargo, la realidad fue otra.
Gregorio Jiménez fue “levantado” por cinco personas encapuchadas el miércoles 5, quienes lo interceptaron antes de llegar a su domicilio, en la colonia Villa Allende del municipio de Coatzacoalcos. Un día después, aseguró la PGJ, fue privado de la vida e inhumado en el municipio vecino.
Jiménez de la Cruz deja cuatro hijos y a su esposa Carmela Hernández, con quien residía en una humilde vivienda de la congregación de Villa Allende.
Durante los últimos seis días, en redes sociales, periódicos y agencias de noticias de toda América Latina, comunicadores aludieron hasta el cansancio sobre la forma violenta en que fue secuestrado el reportero de la fuente policiaca.
Además, en Twitter y Facebook, y con el apoyo de la Red de Periodistas de a Pie, cientos de reporteros se han sumado a #HastaQueAparezcaGoyo, etiqueta que ha sido reproducida en todo México, así como en España, Argentina y Colombia, entre otras naciones.
Incluso, el periódico español El País difundió un video en su portal de internet en el que exige al comando que secuestró a Gregorio Jiménez que lo regrese con vida a su casa. Los compañeros de Goyo en el sur de Veracruz utilizaron ese mismo formato el pasado fin de semana.
Una vez que se conoció el homicidio de Goyo, periodistas del sur de Veracruz, de Xalapa, de México y de Latinoamérica han condenado el trágico desenlace y el actuar de la SSP y de la PGJE del gobierno de Duarte.
Proceso