La violencia política en Jalisco ha alcanzado un nuevo y sombrío capítulo con el asesinato de Francisco Sánchez Gaeta, regidor con licencia y candidato a síndico municipal por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Puerto Vallarta. Sánchez Gaeta, cuyo cuerpo fue hallado el sábado pasado dentro de su vehículo Chevrolet Aveo a un lado de la carretera 544, había desaparecido desde el viernes 26 de abril.
La Fiscalía del Estado ha abierto una investigación sobre el caso, prometiendo actualizaciones a través de canales oficiales, sin revelar más detalles por el momento. Este lamentable suceso marca el tercer asesinato de un candidato en Jalisco durante el actual proceso electoral, elevando las preocupaciones sobre la seguridad de los candidatos y la integridad del proceso democrático en la región.
Anteriormente, Jaime Vera, precandidato a la alcaldía de Mascota por el mismo partido, fue asesinado en febrero, y Humberto Amezcua Bautista, candidato a la presidencia municipal de Pihuamo por la coalición Fuerza y Corazón por México, fue víctima de un ataque directo en marzo. Ambos incidentes destacan un patrón alarmante de ataques contra figuras políticas locales.
La serie de homicidios ha encendido un debate acalorado sobre la necesidad de mayores medidas de protección para los candidatos y una revisión urgente de las estrategias de seguridad, en un intento por detener la espiral de violencia que amenaza la estabilidad política en el estado.
