Tezonapa.- Un supervisor fue asaltado por tres sujetos armados, quienes con su vehículo chocaron la unidad del empleado para sacarlo de la carretera y cerrarle el paso, obligándolo a descender de su auto para despojarlo de cuatro bolsas marcadas con la leyenda “Cometra”.
Los hechos ocurrieron a las 22:30 horas de este lunes, cuando José Luis Sandoval Rojas, de 43 años de edad, circulaba a bordo de un automóvil marca Chevrolet, tipo Spark, color rojo, sobre la carretera estatal Tezonapa-Omealca, luego de haber realizado una inspección en la tienda Súper Precios, ubicada en Motzorongo.
Fue justo al salir de los límites de esta población cuando un vehículo marca Nissan, tipo Tsuru, color blanco, con tres sujetos a bordo, lo embistió de manera intencional, logrando sacarlo de la carretera. Enseguida, los maleantes atravesaron su vehículo, y con un arma larga y otra corta, dos de los asaltantes descendieron del Tsuru y se dirigieron al automóvil del supervisor para amagarlo y exigirle el dinero.
Sin embargo, el supervisor les dijo que no traía dinero, pero los ladrones no le creyeron y metió la mano en la ventana para jalar un maletín que llevaba en el asiento, el cual se abrió al atorarse en la manigueta de la puerta, descubriendo el maleante que ahí no había nada de valor.
Desde el Tsuru, el tercer hampón, quien nunca descendió de la unidad, les gritó que buscaran en la parte trasera de la unidad, por lo que uno de los maleantes abrió las portezuelas de atrás para buscar, mientras el otro le apuntaba con su arma al supervisor; sin embargo, tampoco hallaron nada de valor.
Ante los gritos insistentes del tercer maleante, a golpes obligaron al supervisor a descender del auto y lo llevaron a la parte trasera para entregar el dinero. Posteriormente, el maleante del arma larga le asestó un culatazo al supervisor a la altura del riñón, haciéndolo caer. Los maleantes abrieron la cajuela y comenzaron a hurgar, encontrando cuatro bolsas de valores marcadas con la leyenda Cometra, las cuales sacaron y se llevaron, apresurándose a abordar el Tsuru y darse a la fuga, ignorando que dichas bolsas en realidad contenían documentos de las tiendas y no dinero en efectivo.
Al verse fuera de peligro, el supervisor acudió ante el Ministerio Público para interponer denuncia; dijo sospechar que el maleante que les dio instrucciones desde el vehículo Tsuru es empleado de la tienda que acababa de supervisar.
Julio Valdivia
El Buen Tono
